Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Juan 3:8 - Biblia Torres Amat 1825

8 Pues el espíritu, o el aire, sopla donde quiere; y tú oyes su sonido, mas no sabes de dónde sale, o a dónde va; eso mismo sucede al que nace del espíritu.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo las personas nacen del Espíritu.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

8 El espíritu° sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va, así es todo el que ha nacido del Espíritu.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 El viento sopla donde quiere: tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así le sucede a todo el que ha nacido del Espíritu'.

Ver Capítulo Copiar




Juan 3:8
21 Referencias Cruzadas  

Dijo, y sopló el viento tempestuoso, y se encresparon las olas.


Cambió el huracán en viento suave, y calmaron las olas del mar.


El hace venir las nubes de la extremidad de la tierra, y se convierte en lluvias los relámpagos. El es el que hace salir los vientos de sus depósitos;


dirige su curso hacia el mediodía, y declina después hacia el norte; corre el viento soplando por toda la tierra, y vuelve a comenzar después sus giros.


Y me dijo el Señor: Profetiza al espíritu, profetiza, oh hijo de hombre, y dirás al espíritu: Esto dice el Señor Dios: Ven tú, ¡oh espíritu!, de las cuatro partes del mundo, y sopla sobre estos muertos, y resuciten.


Los cuales no nacen de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de querer de hombre, sino que nacen de Dios.


Por tanto no extrañes que te haya dicho: Os es preciso nacer otra vez.


Le preguntó Nicodemo: ¿Cómo puede hacerse esto?


cuando de repente sobrevino del cielo un ruido, como de viento impetuoso que soplaba, y llenó toda la casa donde estaban.


Acabada esta oración, tembló el lugar en que estaban congregados; y todos se sintieron llenos del Espíritu Santo, y anunciaban con firmeza la palabra de Dios.


Mas todas estas cosas las causa el mismo indivisible Espíritu, repartiéndolas a cada uno según quiere.


Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino solamente el espíritu del hombre, que está dentro de él? Así es que las cosas de Dios nadie las ha conocido, sino el Espíritu de Dios.


Mirad, qué tierno amor hacia nosotros ha tenido el Padre, queriendo que nos llamemos hijos de Dios, y lo seamos en efecto. Por eso el mundo no hace caso de nosotros, porque no conoce a Dios nuestro Padre.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos