Romanos 6:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹¹ Así también vosotros consideraos, de una parte [que estáis] muertos al pecado; y de otra, vivos para Dios en Cristo Jesús.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹¹ Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹¹ Así también ustedes deberían considerarse muertos al poder del pecado y vivos para Dios por medio de Cristo Jesús.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹¹ Así también ustedes deben considerarse a sí mismos muertos para el pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹¹ Así también vosotros, consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Jesús el Mesías.°

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹¹ Así también vosotros consideraos en verdad muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹¹ De igual manera, el pecado ya no tiene poder sobre ustedes, sino que Cristo les ha dado vida, y ahora viven para agradar a Dios.

Romanos 6:11 Referencias Cruzadas

Juan 20:31

Éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Romanos 16:27

a Dios, el único sabio, a Él sea la gloria eternamente, por medio de Jesucristo. Amén.

Romanos 5:1

Así, pues, habiendo sido justificados por la fe, estamos en paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,

Romanos 6:10

Su muerte fue un morir para el pecado de una vez para siempre y su vida es un vivir para Dios.

Romanos 6:13

ni ofrezcáis más vuestros miembros como armas de iniquidad al servicio del pecado, sino consagraos a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida y ofreced vuestros miembros como armas de justificación al servicio de Dios.

Romanos 6:2

¡Ni pensarlo! Quienes ya hemos muerto al pecado, ¿cómo hemos de seguir todavía viviendo en él?

Romanos 6:23

Porque la paga del pecado es muerte, mientras la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Romanos 7:4

Así, pues, hermanos míos, también vosotros quedasteis muertos para la ley por medio del cuerpo de Cristo, para pertenecer de hecho a otro: al resucitado de entre los muertos, de manera que demos frutos para Dios.

Romanos 7:6

pero ahora, al morir a aquello que nos aprisionaba, hemos quedado desligados de esa ley, de modo que sirvamos en el nuevo régimen del Espíritu, y no en el antiguo de la letra escrita.

Romanos 8:18

Yo tengo para mí que los sufrimientos del tiempo presente no merecen compararse con la gloria venidera que se revelará en nosotros.

1 Corintios 6:20

Se ha pagado por vosotros un buen precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.

Efesios 2:7

para mostrar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.

Filipenses 1:11

llenos del fruto de justicia que se obtiene por medio de Cristo, para gloria y alabanza de Dios.

Filipenses 4:7

Y la paz de Dios, que está por encima de todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Colosenses 2:20

Si habéis muerto con Cristo a los elementos del mundo, ¿cómo es que, cual si vivierais en este mundo, os dejáis imponer ordenanzas del tipo de

Colosenses 3:17

Y todo lo que hagáis, de palabra o de obra, hacedlo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

1 Pedro 2:24

Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo y los subió al madero, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus cardenales habéis sido curados.

1 Pedro 2:5

Servid también vosotros de piedras vivas para edificar una casa espiritual destinada a un sacerdocio santo que ofrece sacrificios espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo.

1 Pedro 4:11

El que predica, hágalo como quien profiere palabras de Dios; el que ejerce un ministerio, como quien tiene poder otorgado por Dios. Y así, en todas las cosas será Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.