Proverbios 27:12 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² El prudente ve el peligro y se esconde, los ingenuos siguen adelante para su mal.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹² El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y llevan el daño.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón sigue adelante a ciegas y sufre las consecuencias.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² El hombre cuidadoso advierte el peligro y se pone a salvo; los ingenuos siguen adelante y lo pagan.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² El prudente ve el mal y se aparta, Pero los simples siguen, y llevan el daño.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹² El hombre prudente ve el mal, y se esconde, mas los simples pasan, y reciben el daño.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹² Prever el peligro y evitarlo es actuar con inteligencia; hay que ser muy tonto para no preverlo ni evitarlo.

Proverbios 27:12 Referencias Cruzadas

Proverbios 18:10

Torre fuerte es el nombre de Yahveh: en él se refugia el justo y vive seguro.

Proverbios 22:3

El prudente ve el peligro y se esconde, los ingenuos siguen adelante para su mal.

Proverbios 27:11

Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; así podré responder a quien me ultraje.

Proverbios 27:13

Quítale el vestido, pues avaló a un extraño; embárgale, pues salió fiador de un desconcido.

Mateo 3:7

Pero al ver que venían a bautizarse muchos fariseos y saduceos, les dijo: 'Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir del inminente castigo?

Hebreos 11:7

Por la fe Noé, advertido por Dios sobre cosas que aún no se veían, con religioso sentido empezó a construir un arca para salvar a su familia, y por medio de esa fe condenó al mundo y vino a ser heredero de la justicia según fe.

Hebreos 6:18

para que por estas dos cosas irrevocables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos poderoso aliento los que nos acogemos a él, para asirnos a la esperanza que se nos presenta.

2 Pedro 3:7

Pero el cielo y la tierra de ahora están guardados por la misma palabra, reservados para el fuego en el día del juicio y de la destrucción de los impíos.