Marcos 1:32 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

³² Llegada la tarde, después de ponerse el sol, le presentaban todos los enfermos y endemoniados.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

³² Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados;

Biblia Nueva Traducción Viviente

³² Esa tarde, después de la puesta del sol, le llevaron a Jesús muchos enfermos y endemoniados.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³² Antes del atardecer, cuando se ponía el sol, empezaron a traer a Jesús todos los enfermos y personas poseídas por espíritus malos.

La Biblia Textual 3a Edicion

³² Y por la tarde, al ponerse el sol,° le traían todos los enfermos° y los endemoniados,

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³² Y caída la tarde, cuando el sol se puso, le trajeron a todos los enfermos, y a los endemoniados;

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

³² Al anochecer, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y todos los que tenían demonios.

Marcos 1:32 Referencias Cruzadas

Mateo 4:24

Su fama se extendió por toda Siria. Le traían a todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paralíticos; y él los curaba.

Mateo 8:16

Llegada la tarde, le presentaron muchos endemoniados. Expulsó con su palabra a los espíritus y curó a todos los que estaban enfermos,

Mateo 8:17

para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías cuando dijo: Él mismo tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades.

Marcos 1:21

Llegan a Cafarnaún; y en seguida, apenas entraba en la sinagoga los sábados, se ponía a enseñar.

Marcos 1:31

Él se acercó, la tomó de la mano y la levantó; se le quitó la fiebre y se puso a servirle.

Marcos 3:2

y estaban espiando a Jesús a ver si lo curaba en sábado, para poder acusarlo.

Lucas 4:40

A la caída del sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaron a él; él les iba imponiendo las manos uno por uno y los curaba.

Lucas 4:41

También los demonios salían de muchos, gritando: 'Tú eres el Hijo de Dios'. Pero él les increpaba y no les permitía decirlo, porque sabían que él era el Cristo.