Isaías 42:22 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

²² Pero éste es un pueblo robado y saqueado, apresados en trampas todos ellos, en cárceles están encerrados. Son un botín que nadie salva, un saqueo del que nadie dice: '¡Devuelve!'.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

²² Mas este es pueblo saqueado y pisoteado, todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárceles; son puestos para despojo, y no hay quien libre; despojados, y no hay quien diga: Restituid.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²² pero a su pueblo lo han robado y saqueado, lo han esclavizado, metido en prisión y atrapado. Es blanco fácil para cualquiera, y no tiene a nadie que lo proteja, a nadie que lo lleve de regreso a casa.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²² pero su pueblo es gente robada y saqueada, presa en cavernas o encerrada en calabozos. Los asaltaban y nadie los defendía, o les robaban y nadie reclamaba que les devolvieran.

La Biblia Textual 3a Edicion

²² Pero éste es un pueblo saqueado y despojado; Todos atrapados en covachas y encerrados en prisiones. Lo saqueaban, y nadie lo libraba; Lo despojaban, y nadie les decía: ¡Devuélvelo!

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²² Mas este es pueblo saqueado y pisoteado, todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárceles; son puestos para presa, y no hay quien libre; despojados, y no hay quien diga: Restituid.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

²² Pero Israel es un pueblo que todo lo ha perdido; sus enemigos le han quitado todo lo que tenía; unos se esconden en cuevas y otros son hechos prisioneros, ¡y no hay nadie que los libre!

Isaías 42:22 Referencias Cruzadas

Salmos 102:20

Él observa desde su santa altura, el Señor desde los cielos mira la tierra,

Salmos 50:22

Comprended esto bien, los que olvidáis a Dios, no me ponga a destrozar, y no haya quien que salve.

Isaías 1:7

Vuestro país, un desierto; vuestras ciudades, incendiadas; vuestra tierra, ante vosotros, extranjeros la devoran. Es un desierto, como una destrucción a mano de extranjeros.

Isaías 14:17

hacía del mundo un desierto, destruía sus ciudades, mantenía cautivos a sus prisioneros?'.

Isaías 18:2

que envía por el mar embajadores, en canoas de papiro sobre la faz de las aguas! Marchad, mensajeros ligeros, a la nación esbelta y bronceada, al pueblo temible ahora y siempre, a la nación vigorosa y dominante, cuya tierra atraviesan canales.

Isaías 24:18

quien huya del grito de pánico, caerá en la trampa; quien suba del fondo de la trampa, quedará prendido en la traba. Porque se han abierto las esclusas de lo alto y se han movido los cimientos de la tierra.

Isaías 24:22

serán agrupados en montón, como prisioneros en la cárcel, recluidos en mazmorra; y después de muchos días serán castigados.

Isaías 24:3

Totalmente se despuebla la tierra, queda del todo despojada, porque Yahveh ha pronunciado esta palabra.

Isaías 36:1

El año catorce del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas.

Isaías 42:23

¿Quién de vosotros oye esto, atiende y escucha para el futuro?

Isaías 42:7

para abrir los ojos a los ciegos, para sacar del calabozo al prisionero, de la cárcel a los que moran en oscuridad.

Isaías 45:13

Yo lo he suscitado en justicia y allano todos sus caminos. Él reconstruirá mi ciudad y pondrá en libertad mis cautivos sin rescates ni recompensas', dice Yahveh Sebaot.

Isaías 5:29

Tiene un rugido como de leona, ruge como los cachorros; con un gruñido agarra la presa, la retiene, no hay quien se la arranque.

Isaías 51:23

pues la pongo en la mano de tus hostigadores, de aquellos que te decían: 'Dóblate, para que pasemos por encima'. Y hacías de tu espalda como suelo, como calle para los transeúntes'.

Isaías 56:9

¡Fieras todas del campo, venid a devorar, fieras todas del bosque!

Jeremías 50:17

Oveja descarriada era Israel; los leones la espantaron. El primero que la devoró fue el rey de Asiria. El último que la deshuesó fue Nabucodonosor, rey de Babilonia.

Jeremías 52:31

En el año treinta y siete de la deportación de Jeconías, rey de Judá, en el duodécimo mes, el día veinticinco del mes, Evil Merodac, rey de Babilonia, en el año en que comenzó a reinar, indultó a Jeconías, rey de Judá, y lo sacó de la prisión.