Gálatas 5:17 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁷ Pues la carne desea contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne. Ambos se combaten entre sí, de suerte que no hacéis las cosas que quisierais.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹⁷ Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁷ La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones,

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁷ Pues los deseos de la carne se oponen al espíritu y los deseos del espíritu se oponen a la carne. Los dos se contraponen, de suerte que ustedes no pueden obrar como quisieran.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁷ Porque la carne tiene deseos contrarios a los del espíritu,° y el espíritu a los de la carne, y éstos se oponen entre sí para que no prosigáis haciendo lo que deseáis.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁷ Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no podáis hacer lo que quisiereis.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹⁷ Porque los malos deseos están en contra de lo que quiere el Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. Por lo tanto, ustedes no pueden hacer lo que se les antoje.

Gálatas 5:17 Referencias Cruzadas

Génesis 6:3

Dijo entonces Yahveh: 'No permanecerá mi espíritu en el hombre para siempre, porque no es más que carne. Sólo vivirá ciento veinte años'.

Salmos 119:133

Asegura mi paso en tus palabras y que nada perverso me domine.

Salmos 119:159

Considera como yo amo tus decretos y por tu amor, Señor, haz que yo viva.

Salmos 119:176

Como oveja perdida estoy errante: ven en busca de tu siervo, yo de tus mandatos no me olvido.

Salmos 119:20

Mi alma se deshace de nostalgia hacia tus decisiones, de continuo.

Salmos 119:32

Correré por los caminos de tu ley, pues tú ensanchas mis entrañas.

Salmos 119:35

Encáuzame por la senda de tus leyes, que en ellas me complazco.

Salmos 119:40

Mira mi amor a tus mandatos y hazme vivir en tu justicia.

Salmos 130:3

Si tú, Señor, no olvidas los pecados, ¿quién podrá subsistir?

Salmos 65:3

Tú, el que escuchas la oración, a ti puede acercarse toda carne.

Eclesiastés 7:20

Por cierto, no existe en la tierra hombre tan justo que haga el bien y nunca peque.

Isaías 6:5

Yo dije: '¡Ay de mí! ¡Estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros que vivo en un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, a Yahveh Sebaot!'.

Mateo 12:30

Quien no está conmigo, está contra mí; y quien conmigo no recoge, desparrama.

Mateo 16:17

Jesús le respondió: 'Bienaventurado eres tú, Simón, hijo de Jonás; porque ni la carne ni la sangre te lo ha revelado, sino mi Padre que está en los cielos.

Mateo 16:23

Pero él, volviéndose, le dijo a Pedro: 'Quítate de mi presencia, satanás, eres un tropiezo para mí, porque tu pensamiento no es divino, sino humano'.

Mateo 26:41

Velad y orad, para que no ceder en la tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil'.

Mateo 5:6

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Lucas 22:33

Díjole entonces Pedro: 'Señor, estoy dispuesto a ir contigo incluso a la cárcel y a la muerte'.

Lucas 22:46

y les dijo: '¿Cómo es que estáis durmiendo? Levantaos y orad, para que no cedáis a la tentación'.

Juan 3:6

Lo nacido de la carne, carne es; y lo nacido del Espíritu, espíritu es.

Romanos 8:13

Pues si vivís según la carne moriréis; pero si, por el Espíritu, dais muerte a las malas acciones del cuerpo, viviréis.

Gálatas 3:21

¿Es, pues, la ley contraria a las promesas [de Dios]? ¡Ni pensarlo! Pues si hubiera sido dada una ley capaz de dar vida, entonces sí que la justicia vendría de la ley.

Santiago 3:2

pues todos fallamos muchas veces. Si alguno no falla en el hablar, ése es varón perfecto, capaz de refrenar todo el cuerpo.