Apocalipsis 9:9 - Biblia Reina Valera 1960

⁹ tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla;

Más versiones

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁹ Llevaban puestas armaduras de hierro, y sus alas rugían como un ejército de carros de guerra que se apresura a la batalla.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁹ Tienen corazas de hierro y sus alas hacen el mismo ruido que un ejército de carros con muchos caballos que corren al combate.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁹ y tenían corazas como corazas hechas de hierro; el estruendo° de sus alas era como el estruendo° de muchos carros° de caballos que corren a la batalla.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁹ Llevaban corazas como corazas de hierro y el ruido de sus alas era como ruido de carros de muchos caballos que se lanzan al combate.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁹ y tenían corazas como corazas de hierro; y el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

⁹ Sus cuerpos estaban protegidos con algo parecido a una armadura de hierro, y sus alas resonaban como el estruendo de muchos carros tirados por caballos cuando entran en combate.

Apocalipsis 9:9 Referencias Cruzadas

Job 39:25

Antes como que dice entre los clarines: ¡Ea! Y desde lejos huele la batalla, El grito de los capitanes, y el vocerío.

Job 40:18

Sus huesos son fuertes como bronce, Y sus miembros como barras de hierro.

Isaías 9:5

Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.

Jeremías 47:3

Por el sonido de los cascos de sus caballos, por el alboroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no cuidaron a los hijos por la debilidad de sus manos;

Apocalipsis 9:17

Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre.