Juan 3:12 - Biblia Pablo Besson (Nuevo Testamento)

¹² Si os dije las cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo, si os dijere las celestiales, creeréis?

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹² Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² Ahora bien, si no me creen cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas celestiales?

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo?

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las celestiales?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Si no creéis cuando os hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo vais a creer cuando os hablo de las cosas del cielo?

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹² Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?

Juan 3:12 Referencias Cruzadas

Juan 3:11

En verdad, en verdad os digo que lo que sabemos hablamos y lo que hemos visto testificamos, y no recibís nuestro testimonio.

Juan 3:3

Respondió Jesús: En verdad, en verdad te lo digo: si uno no fuese engendrado de arriba no puede ver el reino de Dios.

Juan 3:5

Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo: si uno no fuese engendrado de agua y espíritu no puede entrar en el reino de Dios.

Juan 3:8

el viento donde quiera sopla, y oyes su sonido, mas no sabes de dónde viene, y a donde va. Así es todo aquel que es engendrado del espíritu.

1 Timoteo 3:16

E indiscutiblemente grande es el misterio de la piedad, el cual fué manifestado en carne, fué justificado en espíritu, fué visto de ángeles, fué predicado entre gentiles, fué creído en el mundo, fué elevado en gloria.

Hebreos 5:11

sobre el cual tenemos mucho que decir, y no fácil de declarar, puesto que os habéis hecho duros de oído;

1 Juan 4:10

En esto está el amor, no que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó y envió a su hijo propiciación por nuestros pecados.