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1 Juan 3:20 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

20 que si alguna vez nos acusa la conciencia, Dios está muy por encima de nuestra conciencia y lo sabe todo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Aun si nos sentimos culpables, Dios es superior a nuestros sentimientos y él lo sabe todo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Pues si nuestra conciencia nos reprocha, pensemos que Dios es más grande que nuestra conciencia, y que lo conoce todo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 pues si nuestro corazón nos condena, mayor que nuestro corazón es Dios,° y Él conoce todas las cosas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 aun cuando nuestra conciencia nos reprenda, porque Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.

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1 Juan 3:20
23 Referencias Cruzadas  

Por tercera vez le preguntó Jesús: - Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se entristeció al oír que le preguntaba por tercera vez si le amaba, y contestó: - Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo. Entonces Jesús le dijo: - Apacienta mis ovejas.


Oír las palabras de Jesús y escabullirse uno tras otro, comenzando por los más viejos, todo fue uno. Jesús se quedó solo, con la mujer allí en medio.


Los miembros del Consejo perdieron los estribos al oír esto y querían matarlos.


¿Quién se atreverá a condenarnos? ¡Cristo Jesús es quien murió; más aún, resucitó y está al lado de Dios, en el lugar de honor intercediendo por nosotros!


Es cierto que no me remuerde la conciencia, pero no por ello me considero inocente. Quien me juzga es el Señor.


pues ya ves que se trata de un hombre descarriado y pecador al que su propia conciencia condena.


Ninguna criatura se le oculta a Dios; todo se presenta desnudo y patente a los ojos de aquel ante quien tenemos que rendir cuentas.


Cuando Dios hizo la promesa a Abraham, al no tener a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo, diciendo:


Esta será la señal de que militamos en las filas de la verdad y de que podemos sentirnos seguros en presencia de Dios:


Si, por el contrario, queridos hermanos, la conciencia no nos acusa, crece nuestra confianza en Dios.


En cuanto a vosotros, hijos míos, pertenecéis a Dios y habéis vencido a esos pretendidos profetas, pues el que está con vosotros es más fuerte que el que está con el mundo.


Pues bien, voy a encadenarla a un lecho de profunda angustia, junto con sus cómplices de adulterio, a menos que se aparten de su perverso proceder.


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