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Números 3:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

10 A Aarón y a sus hijos les asignarás el ministerio sacerdotal. Pero cualquiera que se acerque al santuario y no sea sacerdote será condenado a muerte».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Nombra a Aarón y a sus hijos para que lleven a cabo los deberes del sacerdocio. Pero toda persona no autorizada que se acerque al santuario será ejecutada».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pero reservarás a Aarón y sus hijos las funciones sacerdotales. El que no sea levita y se acerque, morirá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero encargarás a Aarón y a sus hijos que sólo ellos se ocupen en su sacerdocio, pues el extraño que se acerque será muerto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Encomendarás a Aarón y a sus hijos el ejercicio de las funciones sacerdotales. Cualquier profano que intente ejercerlas será castigado con la muerte'.

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Números 3:10
25 Referencias Cruzadas  

Entonces la ira del Señor se encendió contra Uza por su atrevimiento y lo hirió de muerte ahí mismo, de modo que Uza cayó fulminado junto al arca.


Jeroboán construyó santuarios paganos en los cerros, y puso como sacerdotes a toda clase de gente, hasta a quienes no eran levitas.


Ellos ya cantaban en la Tienda de reunión, delante del santuario, antes de que Salomón edificara el templo del Señor en Jerusalén. Luego continuaron su ministerio según las normas establecidas.


Pero yo le respondí: ―¡Yo no soy de los que huyen! ¡Los hombres como yo no corren a esconderse en el templo para salvar la vida! ¡No me esconderé!


y las mitras; a continuación, les ceñirás los cinturones a Aarón y a sus hijos. Así les conferirás autoridad, y el sacerdocio será para ellos una ley perpetua.


No os ocupasteis de cumplir con mi culto sagrado, sino que pusisteis a extranjeros a cargo de mi santuario.


»Nadie ajeno a la familia sacerdotal comerá de las ofrendas sagradas, ni tampoco comerá de ellas ningún huésped del sacerdote, ni su jornalero.


Cuando haya que trasladar el santuario, los levitas se encargarán de desarmarlo; cuando haya que instalarlo, serán ellos quienes lo armen. Pero cualquiera que se acerque al santuario y no sea sacerdote morirá.


Dios mismo os ha puesto a su lado, a ti y a todos los levitas, ¿y ahora queréis también el sacerdocio?


Y los doscientos cincuenta hombres que ofrecían incienso fueron consumidos por el fuego del Señor.


Las láminas quedaron allí, como advertencia a los israelitas, para que ninguno que no fuera descendiente de Aarón ni estuviera autorizado se atreviera a ofrecer incienso ante el Señor; de lo contrario, le sucedería lo mismo que a Coré y su gente, tal como el Señor se lo había advertido por medio de Moisés.


Ellos te ayudarán en tus deberes y estarán a cargo de la Tienda de reunión, pero no se acercarán a los objetos sagrados ni al altar, para que no mueran.


Pero solo tú y tus hijos os haréis cargo del sacerdocio, es decir, de todo lo referente al altar y a lo que está detrás de la cortina. A vosotros os doy de regalo el sacerdocio, pero cualquier otro que se acerque a las cosas sagradas será condenado a muerte».


El Señor le dijo a Moisés:


Moisés, Aarón y sus hijos acampaban delante del santuario, es decir, al este de la Tienda de reunión, por donde sale el sol, ya que tenían a su cargo el santuario en representación de los israelitas. Pero cualquiera que, sin ser sacerdote, se acercaba al santuario era condenado a muerte.


si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe;


Por lo tanto, ya no sois extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios,


Porque el Señor tu Dios los eligió a ellos y a su descendencia, de entre todas tus tribus, para que estuvieran siempre en su presencia, ministrando en su nombre.


Si Jesús estuviera en la tierra, no sería sacerdote, pues aquí ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas en conformidad con la ley.


Este Micaías tenía un santuario. Hizo un efod y algunos ídolos domésticos, y consagró a uno de sus hijos como sacerdote.


Algunos hombres de ese lugar se atrevieron a mirar dentro del arca del Señor, y Dios los mató. Fueron setenta los que perecieron. El pueblo hizo duelo por el terrible castigo que el Señor había enviado,


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