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Lucas 18:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

14 »Os digo que este, y no aquel, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

14 Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Les digo que fue este pecador —y no el fariseo— quien regresó a su casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán exaltados».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado y el que se humilla será enaltecido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Os digo que éste bajó a su casa justificado antes que aquél, porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla, será enaltecido.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Os digo que éste descendió a su casa justificado, y aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado'.

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Lucas 18:14
39 Referencias Cruzadas  

Porque Dios humilla a los altaneros, y exalta a los humildes.


¿Cómo puede el hombre declararse inocente ante Dios? ¿Cómo puede alegar pureza quien ha nacido de mujer?


Aun siendo inocente, me condenará mi boca; aun siendo íntegro, resultaré culpable.


El Señor es excelso, pero tiene en cuenta a los humildes y mira de lejos a los orgullosos.


No lleves a juicio a tu siervo, pues ante ti nadie puede alegar inocencia.


Ahora sé que el Señor es más grande que todos los dioses, por lo que hizo a quienes trataron a Israel con arrogancia».


El temor del Señor imparte sabiduría; la humildad precede a la honra.


Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad.


vale más que el rey te diga: «Sube acá», y no que te humille ante gente importante. Lo que veas con tus ojos


El altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido.


El Señor se burla de los burlones, pero muestra su favor a los humildes.


¡Anda, come tu pan con alegría! ¡Bebe tu vino con buen ánimo, que Dios ya se ha agradado de tus obras!


Pero toda la descendencia de Israel será vengada y exaltada en el Señor.


Después de su sufrimiento, verá la luz y quedará satisfecho; por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos.


Porque lo dice el excelso y sublime, el que vive para siempre, cuyo nombre es santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.


Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir —afirma el Señor—. »Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra.


Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a los soberbios.


»El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe.


Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.


«Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.


De sus tronos derrocó a los poderosos, mientras que ha exaltado a los humildes.


Pero él quería justificarse, así que preguntó a Jesús: ―¿Y quién es mi prójimo?


Todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.


Él les dijo: «Vosotros os hacéis los buenos ante la gente, pero Dios conoce vuestros corazones. Daos cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios.


Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado.


Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia.


En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.


¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica.


Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por estas nadie será justificado.


Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.


Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».


―Gracias. Ojalá favorezcas siempre a esta tu sierva. Con esto, Ana se despidió y se fue a comer. Desde ese momento, su semblante cambió.


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