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Levítico 1:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

3 »Si el animal que ofrece en holocausto es de ganado vacuno, deberá presentar un macho sin defecto, a la entrada de la Tienda de reunión. Así será aceptable al Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 »Si el animal que ofreces como ofrenda quemada es de la manada, debe ser un macho que no tenga ningún defecto. Llévalo a la entrada del tabernáculo para que seas aceptado por el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Si quiere ofrecer un holocausto, es decir una víctima totalmente quemada, presentará a la entrada de la Tienda de las Citas el macho sin defecto que haya escogido, y así su sacrificio será agradable a Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Si su ofrenda es un holocausto del ganado, ofrecerá un macho sin defecto. Lo traerá a la entrada de la Tienda de Reunión, para que sea acepto en favor suyo ante YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Si su ofrenda es un holocausto de ganado mayor, ofrecerá un macho sin defecto; lo ofrecerá a la entrada de la tienda del encuentro para que sea grato a Yahveh.

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Levítico 1:3
79 Referencias Cruzadas  

Abraham alzó la vista y, en un matorral, vio un carnero enredado por los cuernos. Fue entonces, tomó el carnero y lo ofreció como holocausto, en lugar de su hijo.


Y Dios le ordenó: ―Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré.


―El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios —le respondió Abraham. Y siguieron caminando juntos.


Luego Noé construyó un altar al Señor, y sobre ese altar ofreció como holocausto animales puros y aves puras.


Así que la asamblea llevó setenta bueyes, cien carneros y doscientos corderos, para ofrecerlos en holocausto al Señor.


Luego entregaban a cada familia patriarcal del pueblo la porción que esta debía ofrecerle al Señor, como está escrito en el libro de Moisés. Lo mismo hicieron con los bueyes.


Tus tropas estarán dispuestas el día de la batalla, ordenadas en santa majestad. De las entrañas de la aurora recibirás el rocío de tu juventud.


Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí».


El animal que se escoja puede ser un cordero o un cabrito de un año y sin defecto,


Luego envió a unos jóvenes israelitas para que ofrecieran al Señor novillos como holocaustos y sacrificios de comunión.


y quemarás todo el carnero sobre el altar. Se trata de un holocausto, de una ofrenda presentada por fuego, de aroma grato al Señor.


Luego llevarás a Aarón y a sus hijos a la entrada de la Tienda de reunión, y los bañarás.


»Las generaciones futuras deberán ofrecer siempre este holocausto al Señor. Lo harán a la entrada de la Tienda de reunión, donde yo me reuniré contigo y te hablaré,


En efecto, al día siguiente los israelitas madrugaron y presentaron holocaustos y sacrificios de comunión. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y se entregó al desenfreno.


y todos los que en su interior se sintieron movidos a hacerlo llevaron una ofrenda al Señor para las obras en la Tienda de reunión, para todo su servicio, y para las vestiduras sagradas.


Todos los israelitas que se sintieron movidos a hacerlo, lo mismo hombres que mujeres, presentaron al Señor ofrendas voluntarias para toda la obra que el Señor, por medio de Moisés, les había mandado hacer.


Tomad de entre vuestras pertenencias una ofrenda para el Señor. Todo el que se sienta movido a hacerlo, presente al Señor una ofrenda de oro, plata y bronce;


y les entregó todas las ofrendas que los israelitas habían llevado para realizar la obra del servicio del santuario. Pero, como día tras día el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias,


Bezalel hizo de madera de acacia el altar de los holocaustos. Era cuadrado, de dos metros con treinta centímetros por lado, y de un metro con treinta centímetros de alto.


«¿De qué me sirven vuestros muchos sacrificios? —dice el Señor—. Harto estoy de holocaustos de carneros y de la grasa de animales engordados; la sangre de toros, corderos y cabras no me complace.


Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el Señor, lo afirmo. Allí los recibiré, y exigiré vuestras ofrendas y vuestras primicias, junto con todo lo que queráis dedicarme.


En el vestíbulo de la puerta había cuatro mesas, dos a cada lado, donde se mataba a los animales para el holocausto, para la ofrenda por el pecado y para la ofrenda por la culpa.


»Si alguien ofrece un holocausto de ganado ovino, sea de corderos o de cabras, deberá presentar un macho sin defecto.


»Al octavo día, el que se purifica deberá traer dos corderos sin defecto y una cordera de un año, también sin defecto; como ofrenda de cereal traerá seis kilos de flor de harina amasada con aceite, junto con un tercio de litro de aceite.


tomará los dos machos cabríos y los presentará ante el Señor, a la entrada de la Tienda de reunión.


»Cuando algún israelita o extranjero que viva entre vosotros ofrezca un holocausto o sacrificio


y no lo lleve a la entrada de la Tienda de reunión para ofrecerlo al Señor, el tal será eliminado de su pueblo.


Ese mismo día sacrificaréis vosotros un cordero de un año, sin defecto, como holocausto al Señor.


Junto con el pan deberéis presentar siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros. Seréis, junto con vuestras ofrendas de cereal y vuestras ofrendas de libación, un holocausto al Señor, una ofrenda presentada por fuego, de aroma grato al Señor.


»Si alguien ofrece ganado vacuno al Señor como sacrificio de comunión, deberá presentarle un animal sin defecto, sea macho o hembra.


y allí, en presencia del Señor, los ancianos de la comunidad impondrán las manos sobre la cabeza del novillo y lo degollarán.


Cuando se le haga saber que ha cometido un pecado, llevará como ofrenda un macho cabrío sin defecto,


»Si el que peca es el sacerdote ungido, haciendo con ello culpable al pueblo, deberá ofrecer al Señor, como sacrificio expiatorio por su pecado, un novillo sin defecto.


»Si la persona ofrece como sacrificio expiatorio un cordero, deberá presentar una hembra sin defecto.


«Si alguien comete una falta y peca inadvertidamente contra lo que ha sido consagrado al Señor, le llevará al Señor un carnero sin defecto como sacrificio por la culpa. Su precio será tasado en plata, según la tasación oficial del santuario. Es un sacrificio por la culpa.


Le llevará al sacerdote un carnero sin defecto, cuyo precio será fijado como sacrificio por la culpa. Así el sacerdote hará expiación por el pecado que esa persona cometió inadvertidamente, y ese pecado le será perdonado.


«Si alguien comete una falta y peca contra el Señor al defraudar a su prójimo en algo que se dejó a su cuidado, o si roba u oprime a su prójimo despojándolo de lo que es suyo,


»Si el sacrificio tiene que ver con un voto, o si se trata de una ofrenda voluntaria, no solo se comerá en el día que se ofrezca el sacrificio, sino que podrá comerse el resto al día siguiente.


Moisés mandó traer el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero.


Lavó con agua los intestinos y las patas, y luego quemó todo el carnero en el altar como holocausto de aroma grato, como ofrenda presentada por fuego al Señor, tal como el Señor se lo había mandado.


A Aarón le dijo: «Toma un becerro para el sacrificio expiatorio y un carnero para el holocausto, ambos sin defecto, y preséntaselos al Señor.


»¡Despierta, espada, contra mi pastor, contra el hombre en quien confío! —afirma el Señor Todopoderoso—. Hiere al pastor para que se dispersen las ovejas y vuelva yo mi mano contra los corderitos.


»¡Maldito sea el tramposo que, teniendo un macho aceptable en su rebaño, se lo dedica al Señor y luego le ofrece un animal mutilado! Porque yo soy el gran rey —dice el Señor Todopoderoso—, y temido es mi nombre entre las naciones.


tal vez alguno quiera ofrecerle al Señor una vaca o una oveja, ya sea como ofrenda presentada por fuego, o como holocausto, o como sacrificio para cumplir un voto, o como ofrenda voluntaria, o para celebrar una fiesta solemne. Para que esa ofrenda sea un aroma grato al Señor,


»Si ofreces un novillo como holocausto o sacrificio, a fin de cumplir un voto o hacer un sacrificio de comunión para el Señor,


«El siguiente estatuto forma parte de la ley que yo, el Señor, he promulgado: Los israelitas traerán una vaca de piel rojiza, sin defecto, y que nunca haya llevado yugo.


Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?


Balac le dijo a Balán: ―Por favor, ven conmigo, que te llevaré a otro lugar. Tal vez a Dios le parezca bien que los maldigas desde allí.


Entonces Balán le dijo a Balac: «Quédate aquí, al lado de tu holocausto, mientras yo voy a ver si el Señor quiere reunirse conmigo. Luego te comunicaré lo que él me revele». Y se fue a un cerro desierto.


Balac hizo lo que Balán le pidió, y en cada altar ofreció un novillo y un carnero.


»Cada primer día del mes presentarás, como tu holocausto al Señor, dos novillos, un carnero y siete corderos de un año y sin defecto.


Presentarás al Señor una ofrenda por fuego, un holocausto que consistirá en dos novillos, un carnero y siete corderos de un año. Asegúrate de que los animales no tengan defecto.


Presentarás todo esto junto con sus libaciones, además del holocausto diario y su libación. Los animales no deben tener ningún defecto.


Como holocausto presentado por fuego, de aroma grato al Señor, ofrecerás trece novillos, dos carneros y catorce corderos de un año, que no tengan defecto.


Como holocausto de aroma grato al Señor, ofrecerás un novillo, un carnero, y siete corderos de un año y sin defecto.


―El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.


Al ver a Jesús que pasaba por ahí, dijo: ―¡Aquí tenéis al Cordero de Dios!


Por eso volvió a decirles: «Ciertamente os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.


Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos.


Porque, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene.


Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.


Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu.


para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable.


Tanto la carne como la sangre de tus holocaustos las ofrecerás sobre el altar del Señor tu Dios. Derramarás la sangre sobre el altar, pero podrás comer la carne.


Si alguno de esos animales está cojo o ciego, o tiene algún otro defecto grave, no se lo presentarás en sacrificio al Señor tu Dios.


»No sacrificarás al Señor tu Dios ninguna oveja ni buey que tenga algún defecto o imperfección, pues eso es abominable para el Señor tu Dios.


Nos convenía tener un sumo sacerdote así: santo, irreprochable, puro, apartado de los pecadores y exaltado sobre los cielos.


Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!


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