Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Jueces 3:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

3 Quedaron los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, y los sidonios y heveos que vivían en los montes del Líbano, desde el monte de Baal Hermón hasta Lebó Jamat.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Estas son las naciones: los filisteos (que vivían bajo el dominio de los cinco gobernantes filisteos), todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que vivían en las montañas del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta Lebo-hamat.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Así fue como quedaron los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos y los sidonios, y también los jeveos que viven en la montaña del Líbano, desde la montaña de Baal-Hermón hasta la Entrada de Hamat.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Los cinco jefes° filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos, los cuales habitaban en la serranía del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta el paso de Hamat.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los jiveos que habitan la montaña del Líbano, desde el monte Baal Hermón hasta la entrada de Jamat.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Cinco príncipes de los filisteos, y todos los cananeos, y los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano; desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

Ver Capítulo Copiar




Jueces 3:3
31 Referencias Cruzadas  

»Zabulón vivirá a la orilla del mar; será puerto seguro para las naves, y sus fronteras llegarán hasta Sidón.


Siguieron hacia la fortaleza de Tiro y recorrieron todas las ciudades de los heveos y los cananeos. Finalmente, llegaron a Berseba, en el Néguev de Judá.


Y así, en presencia del Señor, Salomón y todo Israel celebraron la fiesta durante siete días, extendiéndola luego siete días más: ¡catorce días de fiesta en total! A la fiesta llegó gente de todas partes, desde Lebó Jamat hasta el río de Egipto, y se formó una gran asamblea.


A los descendientes de los pueblos no israelitas (es decir, a los amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos, pueblos que quedaron en el país porque los israelitas no pudieron destruirlos), Salomón los sometió a trabajos forzados, y así continúan hasta el día de hoy.


»Por el occidente, la frontera será el mar Mediterráneo, desde el límite sur hasta la costa que está a la altura de Lebó Jamat. Este será el límite occidental.


Los amalecitas habitan el Néguev; los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, y los cananeos ocupan la zona costera y la ribera del río Jordán.


y desde el monte Hor hasta Lebó Jamat. De allí, esta línea seguirá hasta llegar a Zedad,


Poneos en marcha y dirigíos a la región montañosa de los amorreos y a todas las zonas vecinas: el Arabá, las montañas, las llanuras occidentales, el Néguev y la costa, hasta la tierra de los cananeos, el Líbano y el gran río, el Éufrates.


al que los sidonios llaman Sirión y los amorreos, Senir.


Ninguna ciudad hizo trato de ayuda mutua con los israelitas, excepto los heveos de Gabaón. A todas esas ciudades Josué las derrotó en el campo de batalla,


Llamó además a los cananeos de oriente y occidente, a los amorreos, a los hititas, a los ferezeos, a los jebuseos de las montañas y a los heveos que viven en las laderas del monte Hermón en Mizpa.


que se extiende desde el río Sijor, al este de Egipto, hasta la frontera de Ecrón al norte. A ese se le considera territorio cananeo, y en él se encuentran los cinco gobernantes filisteos: el de Gaza, el de Asdod, el de Ascalón, el de Gat y el de Ecrón. También queda sin conquistar el territorio de los aveos.


Además queda el territorio de los guiblitas y todo el Líbano oriental, desde Baal Gad, al pie del monte Hermón, hasta Lebó Jamat.


La frontera seguía hacia Abdón, Rejob, Hamón y Caná, hasta tocar la gran ciudad de Sidón.


Los israelitas replicaron: ―Tal vez sois de por aquí y, en ese caso, no podemos hacer ningún trato con vosotros.


los sidonios, los amalecitas y los madianitas os oprimían y vosotros clamasteis a mí para que os ayudara, ¿acaso no os libré de su dominio?


él se enfureció contra ellos. Los vendió a los filisteos y a los amonitas,


Sus padres no sabían que esto era de parte del Señor, que buscaba la ocasión de enfrentarse a los filisteos; porque en aquel tiempo los filisteos dominaban a Israel.


Los cinco hombres se fueron y llegaron a Lais, donde vieron que la gente vivía segura, tranquila y confiada, tal como vivían los sidonios. Gozaban de prosperidad y no les faltaba nada. Además, vivían lejos de los sidonios y no se relacionaban con nadie más.


Lo hizo solamente para que los descendientes de los israelitas, que no habían tenido experiencia en el campo de batalla, aprendieran a combatir.


Así que el Señor los vendió a Jabín, un rey cananeo que reinaba en Jazor. El jefe de su ejército era Sísara, que vivía en Jaroset Goyim.


Los filisteos también se juntaron para hacerle la guerra a Israel. Contaban con tres mil carros, seis mil jinetes y un ejército tan numeroso como la arena a la orilla del mar. Avanzaron hacia Micmás, al este de Bet Avén, y allí acamparon.


Los jefes filisteos avanzaban en compañías de cien y de mil soldados, seguidos de Aquis y de David y sus hombres.


Los cinco jefes filisteos vieron todo esto, y regresaron a Ecrón ese mismo día.


Así mismo, el número de las ratas de oro correspondía al de las ciudades filisteas que pertenecían a los cinco jefes, tanto las ciudades fortificadas como las aldeas sin murallas. Y la gran piedra donde depositaron el arca del Señor permanece hasta el día de hoy, como testimonio, en el campo de Josué de Bet Semes.


―¿Y qué le debemos ofrecer? —preguntaron los filisteos. ―Cinco figuras de oro en forma de tumor —respondieron aquellos— y otras cinco en forma de rata, conforme al número de jefes filisteos, pues la misma plaga os ha azotado a vosotros y a vuestros jefes.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos