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Juan 9:39 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

39 Entonces Jesús dijo: ―Yo he venido a este mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

39 Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Entonces Jesús le dijo: —Yo entré en este mundo para hacer juicio, para dar vista a los ciegos y para demostrarles a los que creen que ven, que, en realidad, son ciegos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Jesús añadió: 'He venido a este mundo para llevar a cabo un juicio: los que no ven, verán, y los que ven, se volverán ciegos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Jesús dijo: Para juicio he venido a este mundo, a fin de que los que no ven, vean; y los que ven, sean cegados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Jesús dijo: 'Yo he venido a este mundo para que se cumpla una decisión: para que los que no ven, vean; y los que ven, se queden ciegos'.

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Juan 9:39
34 Referencias Cruzadas  

El Señor ha derramado sobre vosotros un espíritu de profundo sueño; a los profetas les cubrió los ojos, a los videntes les tapó la cara.


No saben nada, no entienden nada; sus ojos están velados, y no ven; su mente está cerrada, y no entienden.


Él dijo: ―Ve y dile a este pueblo: »“Oíd bien, pero no entendáis; mirad bien, pero no percibáis”.


«Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde. Tienen ojos para ver, pero no ven; tienen oídos para oír, pero no oyen. ¡Son un pueblo rebelde!


Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas.


Dejadlos; son guías ciegos. Y, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.


Pero, si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!


para dar luz a los que viven en tinieblas, en la más terrible oscuridad, para guiar nuestros pasos por la senda de la paz».


En efecto, hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».


Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la madre de Jesús: «Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición,


«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos,


En ese mismo momento Jesús sanó a muchos que tenían enfermedades, dolencias y espíritus malignos, y dio la vista a muchos ciegos.


El juicio de este mundo ha llegado ya, y el príncipe de este mundo va a ser expulsado.


Yo soy la luz que ha venido al mundo, para que todo el que crea en mí no viva en tinieblas.


Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.


Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos.


Una vez más, Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: ―Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.


Vosotros juzgáis según criterios humanos; yo, en cambio, no juzgo a nadie.


―Si es pecador, no lo sé —respondió el hombre—. Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo.


para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados”.


Para estos somos olor de muerte que los lleva a la muerte; para aquellos, olor de vida que los lleva a la vida. ¿Y quién es competente para semejante tarea?


porque la luz es lo que hace que todo sea visible. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo».


Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos.


Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclaméis las obras maravillosas de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.


Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.


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