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Juan 9:29 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

29 Y sabemos que a Moisés le habló Dios; pero de este no sabemos ni de dónde salió.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ese, no sabemos de dónde sea.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Sabemos que Dios le habló a Moisés, pero no sabemos ni siquiera de dónde proviene este hombre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ése no sabemos ni siquiera de dónde es.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés, pero éste, no sabemos de dónde es.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; pero éste no sabemos de dónde es'.

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Juan 9:29
28 Referencias Cruzadas  

Decidles que les ordeno echar en la cárcel a ese tipo, y no darle más que pan y agua, hasta que yo regrese sin contratiempos.


Cuando Jehú salió para volver a reunirse con los capitanes, uno de ellos le preguntó: ―¿Todo bien? ¿Qué quería ese loco? ―Vosotros ya lo conocéis —respondió— y sabéis cómo habla.


Dio a conocer sus caminos a Moisés; reveló sus obras al pueblo de Israel.


Envió a su siervo Moisés, y a Aarón, a quien había escogido,


En el campamento tuvieron envidia de Moisés y de Aarón, el que estaba consagrado al Señor.


Pero yo, gusano soy y no hombre; la gente se burla de mí, el pueblo me desprecia.


»Acordaos de la ley de mi siervo Moisés. Recordad los preceptos y las leyes que le di en Horeb para todo Israel.


Moisés siguió diciendo: ―Ahora vais a saber si el Señor me ha enviado a hacer todas estas cosas, o si estoy actuando por mi cuenta.


Pero, al oírlo los fariseos, dijeron: «Este no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios».


que declararon: ―Este hombre dijo: “Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días”.


Y comenzaron la acusación con estas palabras: ―Hemos descubierto a este hombre agitando a nuestra nación. Se opone al pago de impuestos al emperador y afirma que él es el Cristo, un rey.


pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.


Nosotros sabemos de dónde viene este hombre, pero cuando venga el Cristo nadie sabrá su procedencia».


Por eso Jesús, que seguía enseñando en el templo, exclamó: ―¡Con que me conocéis y sabéis de dónde vengo! No he venido por mi propia cuenta, sino que me envió uno que es digno de confianza. Vosotros no lo conocéis,


―Aunque yo sea mi propio testigo —repuso Jesús—, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y a dónde voy. Pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy.


Algunos de los fariseos comentaban: «Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado». Otros objetaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes señales?» Y había desacuerdo entre ellos.


Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego, y le dijeron: ―¡Da gloria a Dios! A nosotros nos consta que ese hombre es pecador.


―¡Ahí está lo sorprendente! —respondió el hombre—: que vosotros no sepáis de dónde salió, y que a mí me haya abierto los ojos.


La multitud estuvo escuchando a Pablo hasta que pronunció esas palabras. Entonces levantaron la voz y gritaron: «¡Bórralo de la tierra! ¡Ese tipo no merece vivir!»


Pero Dios me ha ayudado hasta hoy, y así me mantengo firme, testificando a grandes y pequeños. No he dicho sino lo que los profetas y Moisés ya dijeron que sucedería:


»A este mismo Moisés, a quien habían rechazado diciéndole: “¿Y quién te nombró gobernante y juez?”, Dios lo envió para ser gobernante y libertador, mediante el poder del ángel que se le apareció en la zarza.


Desde entonces no volvió a surgir en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor tenía trato directo.


Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas,


en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo designó heredero de todo, y por medio de él hizo el universo.


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