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Josué 10:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

3 Por eso Adonisédec envió un mensaje a los siguientes reyes: Hohán de Hebrón, Pirán de Jarmut, Jafía de Laquis, y Debir de Eglón.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Por lo cual Adonisedec rey de Jerusalén envió a Hoham rey de Hebrón, a Piream rey de Jarmut, a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de Eglón, diciendo:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces Adonisedec, rey de Jerusalén, envió mensajeros a varios otros reyes: a Hoham, rey de Hebrón, a Piream, rey de Jarmut, a Jafía, rey de Laquis y a Debir, rey de Eglón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Por eso Adoni-Sedec, rey de Jerusalén, mandó a decir a Oham, rey de Hebrón, a Piream, rey de Jarmut, a Jafia, rey de Laquis, y a Debir, rey de Eglón:

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Entonces Adonisedec rey de Jerusalem envió a decir a Oham rey de Hebrón, a Piream rey de Jerimot, a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de Eglón:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Adonisedec, rey de Jerusalén, envió el siguiente mensaje a Hohán, rey de Hebrón, a Pirán, rey de Yarmut, a Yafía, rey de Laquis, y a Debir, rey de Eglón:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Envió pues a decir Adonisedec, rey de Jerusalén, a Oham, rey de Hebrón, y a Piream, rey de Jarmut, y a Jafía, rey de Laquis, y a Debir, rey de Eglón:

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Josué 10:3
19 Referencias Cruzadas  

y murió en Quiriat Arbá, es decir, en la ciudad de Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham hizo duelo y lloró por ella.


Israel continuó: ―Vete a ver si tus hermanos y el rebaño están bien, y tráeme noticias frescas. Y lo envió desde el valle de Hebrón. Cuando José llegó a Siquén,


quien desde Hebrón reinó sobre la tribu de Judá durante siete años y seis meses.


Entonces Ezequías le envió este mensaje al rey de Asiria, que se encontraba en Laquis: «He actuado mal. Si te retiras, te pagaré cualquier tributo que me impongas». El rey de Asiria le impuso a Ezequías, rey de Judá, un tributo de nueve mil novecientos kilos de plata y novecientos noventa kilos de oro.


Desde Laquis, el rey de Asiria envió a su virrey, al funcionario principal y a su comandante en jefe, al frente de un gran ejército, para hablar con el rey Ezequías en Jerusalén. Marcharon hacia Jerusalén y, al llegar, se detuvieron junto al acueducto del estanque superior, en el camino que lleva al Campo del Lavandero.


Mientras tanto, el ejército del rey de Babilonia estaba combatiendo contra Jerusalén y contra las ciudades de Judá que aún quedaban, es decir, Laquis y Azeca, que eran las únicas ciudades fortificadas.


Habitantes de Laquis, ¡enganchad al carro los corceles! Con vosotros comenzó el pecado de la hija de Sión; en vosotros se hallaron los delitos de Israel.


Subieron por el Néguev y llegaron a Hebrón, donde vivían Ajimán, Sesay y Talmay, descendientes de Anac. (Hebrón había sido fundada siete años antes que la ciudad egipcia de Zoán).


Adonisédec, rey de Jerusalén, se enteró de que Josué había tomado la ciudad de Hai y la había destruido completamente, pues Josué hizo con Hai y su rey lo mismo que había hecho con Jericó y su rey. Adonisédec también supo que los habitantes de Gabaón habían hecho un trato de ayuda mutua con los israelitas y se habían quedado a vivir con ellos.


De inmediato sacaron a los cinco reyes de la cueva: los reyes de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón.


De Laquis, Josué y todo Israel se dirigieron a Eglón. Sitiaron la ciudad y la atacaron.


Entonces los cinco reyes amorreos de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón se unieron y marcharon con sus ejércitos para acampar frente a Gabaón y atacarla.


Hebrón se llamaba originalmente Quiriat Arbá, porque Arbá fue un importante antepasado de los anaquitas. Después de todo esto, el país se vio libre de guerras.


Humtá, Quiriat Arbá (llamada también Hebrón) y Sior, es decir, nueve ciudades con sus pueblos.


Los descendientes de Judá no pudieron expulsar de la ciudad de Jerusalén a los jebuseos, así que hasta el día de hoy estos viven allí junto con los descendientes de Judá.


Zela, Élef, Jebús, llamada también Jerusalén, Guibeá y Quiriat, es decir, catorce ciudades con sus poblaciones. Esta fue la herencia que recibieron los clanes de la tribu de Benjamín.


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