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Joel 2:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

10 Ante este ejército tiembla la tierra y se estremece el cielo, el sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 La tierra tiembla mientras avanzan y los cielos se estremecen. El sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 ¡Al verlos tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen y las estrellas pierden su brillo!

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Delante de ellos tiembla la tierra y se estremecen los cielos, El sol y la luna se oscurecen, Y las estrellas retiran su resplandor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Ante ellos tiembla la tierra, retiemblan los cielos, el sol y la luna se oscurecen, apagan su brillo las estrellas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Delante de ellos temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.

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Joel 2:10
22 Referencias Cruzadas  

¡Tiembla, oh tierra, ante el Señor, tiembla ante el Dios de Jacob!


La tierra tembló, se estremeció; se sacudieron los cimientos de los montes; ¡retemblaron a causa de su enojo!


Las estrellas y las constelaciones del cielo dejarán de irradiar su luz; se oscurecerá el sol al salir y no brillará más la luna.


Se desintegrarán todos los astros del cielo y se enrollará el cielo como un pergamino; toda la multitud de astros perderá su brillo, como lo pierde la hoja marchita de la vid, o los higos secos de la higuera.


En aquel día bramará contra ella como brama el mar. Si alguien contempla la tierra, la verá sombría y angustiada, y la luz se ocultará tras negros nubarrones.


Miré a la tierra, y era un caos total; miré a los cielos, y todo era tinieblas.


Día de tinieblas y oscuridad, día de nubes y densos nubarrones. Como la aurora que se extiende sobre los montes, así avanza un pueblo fuerte y numeroso, pueblo como nunca lo hubo en la antigüedad ni lo habrá en las generaciones futuras.


El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible.


»Ahora bien, Tiro y Sidón, y regiones todas de Filistea, ¿qué tenéis en contra mía? ¿Queréis acaso vengaros de mí? Si es así, yo haré que muy pronto recaiga sobre vosotros vuestra propia venganza,


El Señor hizo las Pléyades y el Orión, convierte en aurora las densas tinieblas y oscurece el día hasta convertirlo en noche. Él convoca las aguas del mar y las derrama sobre la tierra. ¡Su nombre es el Señor!


Ante él tiemblan las montañas y se desmoronan las colinas. Ante él se agita la tierra, el mundo y cuanto en él habita.


»Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, »“se oscurecerá el sol y no brillará más la luna; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos”.


En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló y se partieron las rocas.


El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes que llegue el día del Señor, día grande y esplendoroso.


Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno.


Vi que el Cordero rompió el sexto sello, y se produjo un gran terremoto. El sol se oscureció como si se hubiera vestido de luto, la luna entera se tornó roja como la sangre,


Tocó el cuarto ángel su trompeta, y fue asolada la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas, de modo que se oscureció la tercera parte de ellos. Así quedó sin luz la tercera parte del día y la tercera parte de la noche.


Lo abrió, y del pozo subió una humareda, como la de un horno gigantesco; y la humareda oscureció el sol y el aire.


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