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Joel 1:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

13 Vestíos de duelo y gemid, sacerdotes; lamentaos, ministros del altar. Venid, ministros de mi Dios, y pasad la noche vestidos de luto, porque las ofrendas de cereales y las libaciones han sido suspendidas en la casa de vuestro Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Ustedes sacerdotes, ¡vístanse de tela áspera y lloren! ¡Giman, ustedes, los que sirven ante el altar! Vengan, pasen la noche vestidos de tela áspera, ustedes, ministros de mi Dios. Pues no hay grano ni vino para ofrecer en el templo de su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Pónganse su cinturón, sacerdotes, y laméntense. Lloren, ministros del Señor. Vengan a pasar la noche cubiertos de saco, ministros de mi Dios. Ya no se ven ofrendas ni vino en la casa de su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 ¡Vestíos de luto, sacerdotes! ¡Gemid, ministros del altar! ¡Pernoctad en saco,° ministros de mi Dios!° Porque la ofrenda y la libación Se ha quitado de la Casa de vuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 ¡Ceñíos de saco y gemid, sacerdotes! ¡Lamentaos, ministros del altar! Venid, pasad la noche sobre esteras, ministros de mi Dios, porque faltan en la casa de vuestro Dios la oblación y la libación.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.

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Joel 1:13
27 Referencias Cruzadas  

David se puso a rogar a Dios por él; ayunaba y pasaba las noches tirado en el suelo.


Cuando Acab escuchó estas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y ayunó. Dormía vestido así y andaba deprimido.


En aquel día el Señor, el Señor Todopoderoso, los llamó a llorar y a lamentarse, a raparse la cabeza y a hacer duelo.


Pero a vosotros os llamarán «sacerdotes del Señor»; os dirán «ministros de nuestro Dios». Os alimentaréis de las riquezas de las naciones, y os jactaréis de los tesoros de ellas.


Por esto, vestíos de luto, lamentaos y gemid, porque la ardiente ira del Señor no se ha apartado de nosotros.


Lloraré y gemiré por las montañas, haré lamentos por las praderas del desierto, porque están desoladas: ya nadie las transita ni se escuchan los mugidos del ganado. Desde las aves del cielo hasta los animales del campo, todos han huido.


»”¡Grita y gime, hijo de hombre, que la espada se perfila contra mi pueblo y contra todos los jefes de Israel! Han sido arrojados contra ella, lo mismo que mi pueblo. Por eso, ¡date golpes de pecho!


Por tu culpa se raparán la cabeza, y se vestirán de luto. Llorarán por ti con gran amargura y con angustiosos gemidos.


Se vestirán de luto, y el terror los dominará. Se llenarán de vergüenza y se convertirán en objeto de burla.


¿Qué haréis vosotros en los días de fiesta, o en las peregrinaciones en honor del Señor?


«Ahora bien —afirma el Señor—, volveos a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos».


Tal vez Dios reconsidere y cambie de parecer, y deje tras de sí una bendición. Las ofrendas de cereales y las libaciones son del Señor vuestro Dios.


Lloren, sacerdotes, ministros del Señor, entre el pórtico y el altar; y digan: «Compadécete, Señor, de tu pueblo. No entregues tu propiedad al oprobio, para que las naciones no se burlen de ella. ¿Por qué habrán de decir entre los pueblos: “Dónde está su Dios?”»


Las libaciones serán las siguientes: Con cada novillo presentarás dos litros de vino; con el carnero, un litro y un cuarto de vino; y con cada cordero, un litro de vino. Este es el holocausto que debes presentar durante todo el año, una vez al mes, en el día de luna nueva.


Uno de ellos lo ofrecerás en la mañana, y el otro al atardecer,


Con cada cordero ofrecerás un litro de vino, como ofrenda de libación, la cual derramarás en el santuario en honor del Señor.


Todo esto se ofrecerá junto con las ofrendas de cereales y las libaciones, además del holocausto mensual y del diario. Tal como está estipulado, todo esto lo presentarás como ofrenda por fuego, de aroma grato al Señor.


Que todos nos consideren servidores de Cristo, encargados de administrar los misterios de Dios.


¿No sabéis que los que sirven en el templo reciben su alimento del templo, y que los que atienden el altar participan de lo que se ofrece en el altar?


¿Son servidores de Cristo? ¡Qué locura! Yo lo soy más que ellos. He trabajado más arduamente, he sido encarcelado más veces, he recibido los azotes más severos, he estado en peligro de muerte repetidas veces.


Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra, sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.


Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias;


Por mi parte, yo encargaré a mis dos testigos que, vestidos de luto, profeticen durante mil doscientos sesenta días».


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