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1 Samuel 26:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

6 David entonces les preguntó a Ajimélec el hitita y a Abisay hijo de Sarvia, hermano de Joab: ―¿Quién quiere venir conmigo al campamento de Saúl? ―Yo voy contigo —respondió Abisay.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Entonces David dijo a Ahimelec heteo y a Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab: ¿Quién descenderá conmigo a Saúl en el campamento? Y dijo Abisai: Yo descenderé contigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 —¿Quién se ofrece a ir conmigo al campamento? —preguntó David a Ahimelec el hitita y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab. —Yo voy contigo —contestó Abisai.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 David preguntó a Ajimelec el hitita y a Abisaí hijo de Seruya, hermano de Joab: '¿Quién quiere venir conmigo hasta el campamento donde está Saúl?' Abisaí respondió: 'Yo iré contigo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Tomando entonces la palabra, David habló a Ahimelec heteo, y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: ¿Quién bajará conmigo a Saúl en el campamento? Y respondió Abisai: Yo bajaré contigo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Dirigiéndose David a Ajimélec, el hitita, y a Abisay, hijo de Servia, hermano de Joab, les dijo: '¿Quién quiere bajar conmigo al campamento donde está Saúl?'. Contestó Abisay: 'Yo bajaré contigo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Entonces habló David, y requirió a Ahimelec heteo, y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: ¿Quién descenderá conmigo a Saúl al campamento? Y dijo Abisai: Yo descenderé contigo.

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1 Samuel 26:6
22 Referencias Cruzadas  

Canaán fue el padre de Sidón, su primogénito, y de Het,


los hititas, los ferezeos, los refaítas,


Luego se retiró de donde estaba la difunta y fue a proponer a los hititas lo siguiente:


Esaú tenía cuarenta años de edad cuando se casó con Judit hija de Beerí, el hitita. También se casó con Basemat, hija de un hitita llamado Elón.


¿Quién mató a Abimélec hijo de Yerubéset? ¿No fue acaso una mujer la que le arrojó una piedra de molino desde la muralla de Tebes y lo mató? ¿Por qué os acercasteis tanto a la muralla?” Pues, si te hace estas preguntas, respóndele: “También ha muerto tu siervo Urías el hitita”».


Entonces los arqueros dispararon desde la muralla a los soldados de mi señor el rey, de modo que murieron varios de los nuestros. También ha muerto tu siervo Urías el hitita.


Entonces David le envió este mensaje a Joab: «Mándame aquí a Urías el hitita». Y Joab así lo hizo.


¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas!


Además, el rey dio esta orden a Joab, Abisay e Itay: ―No me tratéis con dureza al joven Absalón. Y todas las tropas oyeron las instrucciones que el rey le dio a cada uno de sus generales acerca de Absalón.


Joab hijo de Sarvia, por su parte, salió al frente de las tropas de David. Los dos ejércitos se encontraron en el estanque de Gabaón y tomaron posiciones en lados opuestos.


Allí se encontraban Joab, Abisay y Asael, los tres hijos de Sarvia. Asael, que corría tan ligero como una gacela en campo abierto,


Abisay, el hermano de Joab hijo de Sarvia, estaba al mando de los tres y ganó fama entre ellos. En cierta ocasión, lanza en mano atacó y mató a trescientos hombres.


Elifelet hijo de Ajasbay el macateo, Elián hijo de Ajitofel el guilonita,


y Urías el hitita. En total fueron treinta y siete.


En Egipto compraban carros por seiscientas monedas de plata, y caballos por ciento cincuenta, para luego vendérselos a todos los reyes hititas y sirios.


Y era que el Señor había confundido a los sirios haciéndoles oír el ruido de carros de combate y de caballería, como si fuera un gran ejército. Entonces se dijeron unos a otros: «¡Seguro que el rey de Israel ha contratado a los reyes hititas y egipcios para atacarnos!»


Y añadió: «Ahora sabréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que de seguro expulsará a los cananeos, los hititas, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos.


David y Abisay llegaron esa noche y vieron a Saúl dormido en medio del campamento, con su lanza hincada en tierra a su cabecera. Abner y el ejército estaban acostados a su alrededor.


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