Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





1 Samuel 20:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

8 Ya que en presencia del Señor has hecho un pacto conmigo, que soy tu servidor, te ruego que me seas leal. Si me consideras culpable, no hace falta que me entregues a tu padre; ¡mátame tú mismo!

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Harás, pues, misericordia con tu siervo, ya que has hecho entrar a tu siervo en pacto de Jehová contigo; y si hay maldad en mí, mátame tú, pues no hay necesidad de llevarme hasta tu padre.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Muéstrame la lealtad de quien juró ser mi amigo —porque hicimos un pacto solemne delante del Señor— o mátame tú mismo si he pecado contra tu padre. ¡Pero te ruego que no me traiciones entregándome a él!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ya que tú hiciste un pacto conmigo en nombre de Yavé, te pido en base a esa amistad que si hay en mí algún pecado, mejor me mates. ¿Para qué me llevarías donde tu padre?'

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

8 Así pues, trata con misericordia a tu siervo, pues has concertado con tu siervo un pacto de YHVH. Y si hay alguna iniquidad en mí, mátame tú mismo, ¿por qué me habrás de llevar ante tu padre?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Ten benevolencia con tu siervo, ya que con un pacto de Yahveh has ligado a tu siervo contigo. Si hay en mí algún delito, matame tú mismo. ¿Para qué me has de entregar a tu padre?'.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Harás, pues, misericordia con tu siervo, ya que has hecho entrar a tu siervo a un pacto de Jehová contigo; y si hay maldad en mí mátame tú, pues no hay necesidad de llevarme hasta tu padre.

Ver Capítulo Copiar




1 Samuel 20:8
16 Referencias Cruzadas  

Y ahora, si deseáis mostrarle lealtad y fidelidad a mi amo, decídmelo; y, si no, decídmelo también. Así yo sabré qué hacer».


Cuando Israel estaba a punto de morir, mandó llamar a su hijo José y le dijo: ―Si de veras me quieres, pon tu mano debajo de mi muslo y prométeme amor y lealtad. ¡Por favor, no me entierres en Egipto!


Y Absalón le respondió: ―Te pedí que fueras a ver al rey y le preguntaras para qué he vuelto de Guesur. ¡Más me habría valido quedarme allí! Voy a presentarme ante el rey y, si soy culpable de algo, ¡que me mate!


David salió a su encuentro y les dijo: ―Si venís en son de paz y para ayudarme, os aceptaré; pero, si venís para entregarme a mis enemigos, ¡que el Dios de nuestros padres lo vea y lo castigue, pues yo no soy ningún criminal!


En mi desesperación he exclamado: «Todos son unos mentirosos».


Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón.


Si soy culpable de haber hecho algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero, si no son ciertas las acusaciones que estos judíos formulan contra mí, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos para complacerlos. ¡Apelo al emperador!


―¡Juramos por nuestra vida que la vuestra no correrá peligro! —contestaron ellos—. Si no nos delatas, seremos bondadosos contigo y cumpliremos nuestra promesa cuando el Señor nos entregue este país.


―¡El Señor, Dios de dioses, sí, el Señor, Dios de dioses, sabe bien que no hicimos esto por rebeldía o por infidelidad! Y que todo Israel también lo sepa. Si no es así, que no se nos perdone la vida.


Entonces Noemí les dijo a sus dos nueras: ―¡Mirad, volved cada una a la casa de vuestra madre! Que el Señor os trate a vosotras con el mismo amor y lealtad que vosotras habéis mostrado con los que murieron y conmigo.


Una vez que David y Saúl terminaron de hablar, Saúl tomó a David a su servicio y, desde ese día, no lo dejó volver a la casa de su padre. Jonatán, por su parte, entabló con David una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí mismo.


Tanto lo quería que hizo un pacto con él:


¡Que el Señor pida cuentas de esto a tus enemigos! De ese modo Jonatán hizo un pacto con la familia de David,


―¡No digas tal cosa! —exclamó Jonatán—. Si llegara a enterarme de que mi padre ha decidido hacerte algún daño, ¿no crees que te lo diría?


Entonces los dos hicieron un pacto en presencia del Señor, después de lo cual Jonatán regresó a su casa y David se quedó en Hores.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos