Isaías 50:5 - Biblia Nacar-Colunga

⁵ el Señor, Yahvé, me ha abierto los oídos, y yo no me resisto, no me echo atrás.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁵ Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁵ El Señor Soberano me habló, y yo lo escuché; no me he rebelado, ni me he alejado.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁵ El Señor Yavé me ha abierto los oídos y yo no me resistí ni me eché atrás.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁵ Adonay YHVH me abrió el oído, Y no fui rebelde, ni me volví atrás.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁵ El Señor Yahveh me abrió el oído y yo no me opuse, no me eché atrás.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁵ El Señor Jehová me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.

Isaías 50:5 Referencias Cruzadas

Salmos 80:18

Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo de hombre a quien para ti corroboraste;'

Isaías 35:5

Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, se abrirán los oídos de los sordos.

Isaías 48:8

No lo habías oído ni lo conocías, ni desde antiguo se había abierto tu oído6. Porque sabía que eres pérfido, y tu nombre es rebelde desde el seno materno.

Mateo 26:39

Y adelantándose un poco, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como quieres tú.'

Juan 14:31

pero conviene que el mundo conozca que Yo amo al Padre, y que, según el mandato que me dio el Padre, así hago. Levantaos, vamonos de aquí.

Juan 15:10

Si guardareis mis preceptos, permaneceréis en mi amor, como yo guardé los preceptos de mi Padre y permanezco en su amor.

Juan 8:29

El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque Yo hago siempre lo que es de su agrado.'

Hechos 26:19

No fui, ¡oh rey Agripa!, desobediente a la visión celestial,

Deuteronomio 18:17

Entonces me dijo Yahvé: “Dicen bien hablando así.

Filipenses 2:8

se humilló, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Hebreos 5:8

Y aunque era Hijo, aprendió por sus padecimientos la obediencia,