'¡Qué mal les va a ir! Se supone que ustedes deben enseñar al pueblo cómo obedecer a Dios, pero ni ustedes mismos saben cómo hacerlo. Enseñan que si una persona jura por el templo que cumplirá una promesa, la puede romper. Pero que si jura por el oro del templo, entonces sí está obligada a cumplirla.