10-11 A los que están casados, Dios les da esta orden: No deben separarse. Si una mujer se separa de su esposo, no debe volver a casarse. Lo mejor sería que arreglara el problema que tenga con su esposo. Pero tampoco el esposo debe abandonar a su esposa. Y esto no lo ordeno yo, sino Dios.
Pero ahora yo les digo que el hombre sólo puede divorciarse si su esposa tiene relaciones sexuales con otro hombre. Si se divorcia de su esposa por otra razón, la pone en peligro de cometer ese mismo pecado. Si esa mujer vuelve a casarse, tanto ella como su nuevo esposo serán culpables de adulterio. Las promesas
'Si un hombre se divorcia de su esposa y se casa con otra mujer, comete pecado, porque es infiel en el matrimonio. Y si un hombre soltero se casa con una mujer divorciada, también comete el mismo pecado'.
Jesús también dijo: Lázaro y el hombre rico
A los demás les aconsejo lo siguiente: Si alguno de la iglesia está casado con una mujer que no es cristiana, pero ella quiere seguir viviendo con él, no deben separarse.
Pero si el esposo o la esposa no cristianos insisten en separarse, que lo hagan. En estos casos, la esposa o el esposo cristianos no están obligados a mantener ese matrimonio, pues Dios quiere que vivamos en paz.
Para las viudas y las solteras, no tengo ninguna orden del Señor. Sólo les doy mi opinión, y pueden confiar en mí gracias al amor con que Dios me ha tratado.