No dejéis de orar: rogad y pedid a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Permaneced alerta, sin desanimaros, y orad por todo el pueblo santo.
Trabajad en favor de la ciudad a donde os desterré y pedidme por ella, porque del bienestar de ella depende el vuestro.
Y dirigí mis oraciones y súplicas a Dios el Señor, ayunando y vistiéndome con ropas ásperas, y sentándome en ceniza.
Yo he buscado entre esa gente a alguien que haga algo en favor del país y que interceda ante mí para que yo no los destruya, pero no lo he encontrado.
Por tanto, puede salvar para siempre a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive para siempre, para interceder por ellos delante de Dios.
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.
Y Dios, que examina los corazones, sabe qué quiere decir el Espíritu, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios por los del pueblo santo.
En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de rogar por vosotros. Antes bien, os enseñaré a comportaros de manera buena y recta.
Ante todo recomiendo que se hagan a Dios peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por toda la humanidad.
sino con buenas obras, como deben hacerlo las mujeres que se han consagrado a Dios.
La mujer debe escuchar la instrucción en silencio, con toda sumisión;
y no permito que la mujer enseñe en público ni que domine al hombre. Quiero que permanezca callada,
porque Dios hizo primero a Adán y después a Eva.
Y Adán no fue el engañado, sino la mujer; y al ser engañada, cayó en pecado.
Pero la mujer se salvará si cumple sus deberes de madre, y si con buen juicio se mantiene en la fe, el amor y la santidad.
Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, llena de reverencia a Dios y respetable en todos los sentidos.
Esto es bueno y agrada a Dios nuestro Salvador,
Ante todo recomiendo que se hagan a Dios peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por toda la humanidad.
sino con buenas obras, como deben hacerlo las mujeres que se han consagrado a Dios.
La mujer debe escuchar la instrucción en silencio, con toda sumisión;
y no permito que la mujer enseñe en público ni que domine al hombre. Quiero que permanezca callada,
porque Dios hizo primero a Adán y después a Eva.
Y Adán no fue el engañado, sino la mujer; y al ser engañada, cayó en pecado.
Pero la mujer se salvará si cumple sus deberes de madre, y si con buen juicio se mantiene en la fe, el amor y la santidad.
Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, llena de reverencia a Dios y respetable en todos los sentidos.
Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os recordamos en nuestras oraciones.
Por último, hermanos, orad por nosotros, para que el mensaje del Señor llegue pronto a todas partes y sea recibido con estima, como sucedió entre vosotros.
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.
Por eso, confesaos unos a otros vuestros pecados y orad unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del hombre bueno tiene mucho poder.
si vosotros nos ayudáis orando por nosotros. Si muchos oran por nosotros, muchos también darán gracias a Dios por las bendiciones que de él recibimos.
Entonces fueron a donde estaba Moisés y le dijeron: –¡Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti! ¡Pídele al Señor que aleje de nosotros las serpientes! Moisés pidió al Señor que perdonara a los israelitas,
Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye.
Y así como sabemos que Dios oye nuestras oraciones, también sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido.
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios lleno de amor, para que tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de la necesidad.
Siempre, al acordarme de vosotros, doy gracias a mi Dios;
Vosotros y yo sostenemos la misma lucha. Ya visteis antes cómo luché, y ahora tenéis noticias de cómo sigo luchando.
y cuando oro, pido siempre con alegría por todos vosotros,
que desde el primer día y hasta hoy os habéis solidarizado con la causa del evangelio.
Después que Job oró por sus amigos, Dios le devolvió su prosperidad anterior, y aun le dio dos veces más de lo que antes tenía.
pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.
Hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu os ruego que os unáis conmigo en la lucha, orando a Dios por mí.
Pedid a Dios que me libre de los incrédulos de Judea, y que el socorro que llevo a los hermanos de Jerusalén sea bien recibido,
para que, si Dios quiere, llegue yo con alegría a veros y tenga descanso al visitaros.
“Además os digo que si dos de vosotros os ponéis de acuerdo aquí en la tierra para pedir algo en oración, mi Padre que está en el cielo os lo dará.
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
Por eso, Dios le dará un lugar entre los grandes y con los poderosos participará del triunfo, porque se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados, cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores.
Porque el Señor cuida a los justos y presta oído a sus oraciones, pero está en contra de los malhechores.”
no dejo de dar gracias por vosotros, recordándoos en mis oraciones.
Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al Padre glorioso, que os dé sabiduría espiritual para entender su revelación y conocerle mejor.
¿Quién podrá condenarlos? Cristo Jesús es el que murió; más aún, el que resucitó, y además está a la derecha de Dios rogando por nosotros.
De modo que somos embajadores de Cristo, como si Dios mismo os rogara por medio de nosotros. Por eso, en el nombre de Cristo os rogamos que aceptéis la reconciliación con Dios.
Orad también por nosotros, a fin de que el Señor nos abra una puerta para predicar el mensaje y anunciar el designio secreto de Cristo, por lo cual estoy preso.
Permaneced despiertos y orad para no caer en tentación. Tenéis buena voluntad, pero vuestro cuerpo es débil.
Vivid alegres por la esperanza que tenéis; soportad con valor los sufrimientos; no dejéis nunca de orar.
El Señor quedó asombrado al ver que nadie ponía remedio a esto; entonces actuó con su propio poder, y él mismo obtuvo la victoria.
Como ya te rogué al irme a la región de Macedonia, quédate en Éfeso, para ordenar a ciertas personas que no enseñen ideas falsas
Y ahora, gloria sea a Dios, que tiene poder para hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, por medio de su poder que actúa en nosotros.
Si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídala a Dios y él se la dará; pues Dios da a todos, sin limitaciones y sin hacer reproches.
y él nos dará todo lo que le pidamos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Queridos hermanos, no os toméis la justicia por vuestra mano, sino dejad que sea Dios quien castigue; porque el Señor dice en la Escritura: “A mí me corresponde hacer justicia; yo pagaré.”
No viváis conforme a los criterios del tiempo presente; por el contrario, cambiad vuestra manera de pensar, para que así cambie vuestra manera de vivir y lleguéis a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.
Y también: “Si tu enemigo tiene hambre dale de comer; si tiene sed dale de beber. Así harás que le arda la cara de vergüenza.”
No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal.
Hijitos míos, otra vez sufro dolores por vosotros, como los dolores de parto de una madre. Y seguiré sufriéndolos hasta que Cristo se forme en vosotros.
Con este fin oramos siempre por vosotros, pidiendo a nuestro Dios que os tenga por dignos de haber sido llamados por él, y que cumpla con su poder todos vuestros buenos deseos y los trabajos que realizáis impulsados por la fe.
Acordaos de los presos, como si también vosotros estuvierais presos con ellos. Pensad en los que han sido maltratados, ya que también vosotros podéis pasar por lo mismo.
Que el mensaje de Cristo esté siempre presente en vuestro corazón. Instruíos y animaos unos a otros con toda sabiduría. Con profunda gratitud cantad a Dios salmos, himnos y cánticos espirituales.
Así que, si Cristo os anima, si el amor os consuela, si participáis del mismo Espíritu, si conocéis el cariño y la compasión,
para que al nombre de Jesús caigan de rodillas todos los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra,
y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Por tanto, mis queridos hermanos, así como me habéis obedecido siempre cuando estaba entre vosotros, obedecedme más ahora que estoy lejos. Ocupaos de vuestra salvación con profunda reverencia,
pues Dios es quien hace nacer en vosotros los buenos deseos y quien os ayuda a llevarlos a cabo, según su buena voluntad.
Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones,
para que nadie encuentre en vosotros culpa ni falta alguna. Sed hijos de Dios sin mancha en medio de esta gente mala y perversa. Vosotros brilláis entre ellos como lumbreras en un mundo oscuro,
manteniendo firme el mensaje de vida. Así, cuando venga Cristo podré sentirme satisfecho por causa vuestra, sabiendo que no he corrido ni trabajado en vano.
Y aunque mi propia vida sea sacrificada para completar la ofrenda que hacéis a Dios por vuestra fe, yo me alegro y comparto esa alegría con todos vosotros.
Alegraos también vosotros y tomad parte en mi propia alegría.
Confiado en el Señor Jesús, espero enviaros pronto a Timoteo para alegrarme al recibir noticias vuestras.
llenadme de alegría viviendo todos en armonía, unidos por un mismo amor, por un mismo espíritu y por un mismo propósito.
Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por eso, sed juiciosos y dedicaos seriamente a la oración.
Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por los israelitas es que alcancen la salvación.
yo los traeré a mi monte santo y los haré felices en mi casa de oración. Yo aceptaré en mi altar sus holocaustos y sacrificios, porque mi casa será declarada casa de oración para todos los pueblos.
Antes bien, diciendo la verdad con amor debemos crecer en todo hacia Cristo, que es la cabeza del cuerpo.
Procuremos ayudarnos unos a otros a tener más amor y hacer el bien.
No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos, sino animémonos unos a otros; tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.
Si alguno ve que su hermano está cometiendo un pecado que no lleva a la muerte, debe orar, y Dios dará vida al hermano. Esto si se trata de un pecado que no lleva a la muerte. Hay pecado que lleva a la muerte y por ese pecado no digo que se deba orar.
Hermanos, si veis que alguien ha caído en algún pecado, vosotros, que sois espirituales, debéis ayudarle a corregirse. Pero hacedlo amablemente, y que cada cual tenga mucho cuidado, no suceda que también él sea puesto a prueba.
Viendo a la gente, sentía compasión, porque estaban angustiados y desvalidos como ovejas que no tienen pastor.
Dijo entonces a sus discípulos: –Ciertamente la mies es mucha, pero los obreros son pocos.
Por eso, pedid al Dueño de la mies que mande obreros a recogerla.
Dios, a quien sirvo con todo mi corazón anunciando el evangelio de su Hijo, es testigo de que continuamente os recuerdo en mis oraciones;
Siempre que oramos por vosotros damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
pues hemos recibido noticias de vuestra fe en Cristo Jesús y de vuestro amor para con todos los que pertenecen al pueblo santo,
Entonces, si me llamas, yo te responderé; si gritas pidiendo ayuda, yo te diré: ‘Aquí estoy.’ Si haces desaparecer toda opresión, si no insultas a otros ni les levantas calumnias,
Porque no hay más que un Dios, y no hay más que un hombre que pueda llevar a todos los hombres a la unión con Dios: Cristo Jesús.
Por eso no nos desanimamos, pues Dios, en su misericordia, nos ha encargado este trabajo.
“No despreciéis a ninguno de estos pequeños. Pues os digo que sus ángeles en el cielo contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.
El que dice: “Yo amo a Dios”, pero al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues quien no ama a su hermano, al que ve, tampoco puede amar a Dios, al que no ve.
Una esperanza que no defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado.
No os aflijáis por nada, sino presentadlo todo a Dios en oración. Pedidle, y también dadle gracias.
El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento. Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente.
Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia.
Ten presente al Señor en todo lo que hagas y él te llevará por el camino recto.
Pero el ángel le dijo: –Zacarías, no tengas miedo, porque Dios ha oído tu oración, y tu esposa Isabel te va a dar un hijo, al que pondrás por nombre Juan.
y si se lo pedís, no lo recibís porque lo pedís mal, pues lo queréis para gastarlo en vuestros placeres.
No entreguéis vuestro cuerpo al pecado como instrumento para hacer el mal. Al contrario, entregaos a Dios como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entregadle vuestro cuerpo como instrumento para hacer el bien.
Estad siempre contentos.
Orad en todo momento.
Dad gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de vosotros como creyentes en Cristo Jesús.
Y todo lo que hagáis o digáis, hacedlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha consagrado; me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres, a aliviar a los afligidos, a anunciar libertad a los presos, puertas abiertas a los encarcelados;
Por tanto, hermanos míos, os ruego por la misericordia de Dios que os presentéis a vosotros mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que debéis ofrecer.
Amaos como hermanos los unos a los otros, dándoos mutuamente preferencia y respeto.
Esforzaos, no seáis perezosos y servid al Señor con corazón ferviente.
Vivid alegres por la esperanza que tenéis; soportad con valor los sufrimientos; no dejéis nunca de orar.
Ayudad en sus necesidades a los que pertenecen al pueblo santo; recibid bien a los que os visitan.
Bendecid a los que os persiguen; bendecidlos y no los maldigáis.
Alegraos con los que están alegres y llorad con los que lloran.
Vivid en armonía unos con otros. No seáis orgullosos, sino poneos al nivel de los humildes. No os tengáis por sabios.
No paguéis a nadie mal por mal. Procurad hacer lo bueno delante de todos.
Hasta donde dependa de vosotros, haced lo posible por vivir en paz con todos.
Queridos hermanos, no os toméis la justicia por vuestra mano, sino dejad que sea Dios quien castigue; porque el Señor dice en la Escritura: “A mí me corresponde hacer justicia; yo pagaré.”
No viváis conforme a los criterios del tiempo presente; por el contrario, cambiad vuestra manera de pensar, para que así cambie vuestra manera de vivir y lleguéis a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.