“No, mi señor”, le dijo. “Por favor, escúchame. Yo te regalaré el campo y la cueva que está allí. Te lo regalo y mi pueblo es testigo. Por favor, ve y sepulta a tu difunta”.
Rut 4:9 - Versión Biblia Libre Entonces Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo presente: “Ustedes son testigos de que hoy he comprado a Noemí todo lo que pertenecía a Elimelec, Mahlón y Quelión. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Booz les dijo a los ancianos y a la gente que estaba alrededor: —Ustedes son testigos de que hoy le compré a Noemí toda la propiedad de Elimelec, Quelión y Mahlón. Biblia Católica (Latinoamericana) Al ver esto, Booz dijo a todos los que estaban presentes: 'Ustedes son testigos de que hoy día Noemí me ha vendido todo lo que pertenecía a su marido Elimelec y a sus hijos, La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Booz anunció a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Booz declaró ante los ancianos y ante el pueblo: 'Vosotros sois testigos hoy de que compro de manos de Noemí todo lo perteneciente a Elimélec, a Quilión y a Majlón; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Boaz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy de que tomo todas las cosas que fueron de Elimelec, y todo lo que fue de Quilión y de Mahalón, de mano de Noemí. |
“No, mi señor”, le dijo. “Por favor, escúchame. Yo te regalaré el campo y la cueva que está allí. Te lo regalo y mi pueblo es testigo. Por favor, ve y sepulta a tu difunta”.
Se llamaba Elimelec y su mujer Noemí. Sus hijos se llamaban Mahlón y Quelión. Eran efrateos de Belén de Judá. Se fueron al país de Moab y vivían allí.
También he adquirido como esposa a Rut la moabita, viuda de Mahlón. Al tener hijos que puedan heredar sus bienes, su nombre se mantendrá vivo en su familia y en su ciudad natal. Ustedes son testigos de esto hoy”.
Así que el redentor familiar se quitó la sandalia y le dijo a Booz: “Cómprala tú”.