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Números 23:4 - Versión Biblia Libre

Dios se encontró con él allí, y Balaam dijo. “He construido siete altares y en cada uno de ellos he ofrecido un toro y un carnero”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y vino Dios al encuentro de Balaam, y este le dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y allí se reunió Dios con él. Balaam le dijo: —Preparé siete altares y sacrifiqué un becerro y un carnero en cada altar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Dios se presentó a Balaam y éste le dijo: '¡Preparé siete altares y en cada altar sacrifiqué un novillo y un chivo!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y salió ’Elohim al encuentro de Balaam, y éste le dijo: Siete altares he preparado y en cada altar he sacrificado un toro y un carnero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vino Dios al encuentro de Balaán, y éste le dijo: 'He erigido siete altares y he ofrecido en holocausto un novillo y un carnero sobre cada uno de ellos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vino Dios al encuentro de Balaam, y este le dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.

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Otras versiones



Números 23:4
12 Referencias Cruzadas  

Dios vino a Balaam durante la noche y le dijo, “Ya que estos hombres han venido por ti, levántate y ve con ellos. Pero sólo haz lo que yo te diga”.


Dios vino a Balaam y le preguntó: “¿Quiénes son estos hombres que están contigo?”


Entonces Balaam le dijo a Balac, “Constrúyeme siete altares aquí, y prepárame siete toros y siete carneros para un sacrificio”.


El Señor se encontró con Balaam y le dio un mensaje para compartir. Le dijo, “Vuelve a Balac y esto es lo que debes decirle”.


Balaam le dijo a Balac, “Espera aquí junto a tu holocausto mientras voy a ver si quizás el Señor vendrá y se reunirá conmigo. Cualquier cosa que me revele, la compartiré contigo”. Entonces Balaam se fue a escalar un peñasco rocoso.


El Señor le dio a Balaam un mensaje para compartir. Le dijo, “Vuelve a Balac y esto es lo que debes decirle”.


‘Los que fueron contratados al final solo trabajaron una hora, y les pagaste lo mismo que a nosotros que trabajamos todo el día en medio del calor abrasante,’ refunfuñaban.


Yo ayuno dos veces a la semana, y pago el diezmo de mi salario’.


Ellos los expulsarán de las sinagogas—de hecho, viene el tiempo en que las personas que los maten, pensarán que están sirviendo a Dios.


¿Acaso tenemos algo de qué jactarnos? Por supuesto que no, ¡no hay lugar para ello! ¿Por qué? ¿Acaso es porque seguimos la ley de guardar los requisitos? No, nosotros seguimos la ley de la fe en Dios.


La salvación no depende del esfuerzo humano, así que no se enorgullezcan.