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Lucas 18:3 - Versión Biblia Libre

“En esa misma ciudad vivía una viuda que iba una y otra vez ante el juez y le decía; ‘¡Haz justicia en mi caso contra mi enemigo!’

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Biblia Reina Valera 1960

Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Una viuda de esa ciudad acudía a él repetidas veces para decirle: “Hágame justicia en este conflicto con mi enemigo”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En la misma ciudad había también una viuda que acudía a él para decirle: 'Hazme justicia contra mi adversario'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Había también una viuda en aquella ciudad, y acudía° a él diciendo: Hazme justicia de mi adversario.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Había también en aquella ciudad una viuda, que acudía a él para decirle: 'Hazme justicia contra mi adversario'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él diciendo: Hazme justicia de mi adversario.

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Otras versiones



Lucas 18:3
13 Referencias Cruzadas  

Has despedido a las viudas con las manos vacías; has aplastado los brazos extendidos de los huérfanos, que pedían ayuda.


Los que estaban a punto de morir me bendijeron; hice cantar de alegría a la viuda.


Aprendan a hacer el bien; luchen por la justicia, condenen a los que oprimen a los demás; defiendan los derechos de los huérfanos, tomen medidas para defender a las viudas.


Han engordado y se han hecho expertos en el mal. Niegan la justicia a los huérfanos, y no defienden los derechos de los necesitados.


Cuando vayas camino a la corte con tu adversario, asegúrate de arreglar las cosas rápidamente. De lo contrario, tu acusador podría entregarte ante el juez, y el juez te entregará a la corte oficial, y serás llevado a la cárcel.


“Había un juez en cierta ciudad que no tenía respeto por Dios ni se interesaba por nadie”, explicó Jesús.


Por cierto tiempo él no quiso hacer nada al respecto, pero finalmente pensó para sí: ‘Aunque yo no temo a Dios ni me preocupo por nadie,


esta mujer es tan fastidiosa que me encargaré de que se haga justicia con ella. Así no me molestará más viniendo a verme tan seguido’.


“¡Maldito sea el que no trate bien a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas!” Todos dicen: “¡Amén!”