La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Jueces 4:3 - Versión Biblia Libre

Los israelitas clamaron al Señor para que los ayudara, porque Sísara tenía novecientos carros de hierro y los maltrató cruelmente durante veinte años.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquel tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Sísara, quien tenía novecientos carros de guerra hechos de hierro, oprimió a los israelitas sin piedad durante veinte años, hasta que el pueblo de Israel clamó al Señor por ayuda.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Los israelitas clamaron a Yavé, porque Yabín tenía novecientos carros de hierro y oprimía duramente a los israelitas hacía veinte años.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces los hijos de Israel clamaron a YHVH, porque aquél tenía novecientos carros de hierro, y durante veinte años había oprimido con crueldad a los hijos de Israel.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los israelitas clamaron a Yahveh, pues Yabín tenía novecientos carros de hierro y había ejercido una dura opresión sobre los israelitas durante veinte años.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados; y había afligido en gran manera a los hijos de Israel por veinte años.

Ver Capítulo
Otras versiones



Jueces 4:3
19 Referencias Cruzadas  

Sus enemigos los dominaron y los doblegaron con su poder.


y llámenme cuando estén en problemas. Los rescataré, y me agradecerán”.


Cuando Dios comenzó a matarlos, volvieron con oraciones a él, arrepentidos de su pecado.


Años más tarde, el rey de Egipto murió. Pero los israelitas seguían gimiendo por su duro trabajo. Su clamor pidiendo ayuda en medio de sus dificultades llegó hasta Dios.


de modo que incluso al mediodía estarás a tientas como un ciego en la oscuridad. No tendrás éxito en lo que hagas. Serás perseguido y te robarán todo el tiempo, y nadie vendrá a salvarte.


Una nación extranjera de la que nunca has oído hablar se comerá todas las cosechas que tanto te costó cultivar. Serás continuamente perseguido y oprimido.


Los descendientes de Josué respondieron: “La región montañosa no es lo suficientemente grande para nosotros, pero los cananeos que viven en las tierras bajas tienen carros de hierro, tanto los de Bet-sán y sus aldeas como los del valle de Jezreel”.


El Señor estaba con Judá, y se apoderaron de la región montañosa, pero no pudieron expulsar a los habitantes de la llanura porque tenían carros de hierro.


Los israelitas clamaron al Señor por ayuda, diciendo: “Hemos pecado contra ti, rechazando a nuestro Dios y adorando a los baales”.


Así que se deshicieron de los dioses extranjeros que tenían y adoraron al Señor. Y el Señor no pudo soportar más la miseria de Israel.


Nuevamente los israelitas clamaron al Señor para que los ayudara, y él les proporcionó a alguien que los rescatara, Aod, hijo de Guerá el benjamita, un hombre zurdo. Los israelitas lo enviaron a pagar el tributo a Eglón, rey de Moab.


Pero cuando los israelitas clamaron al Señor para que los ayudara, él proveyó a alguien para rescatarlos, Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, y él los salvó.


así que convocó a todos sus novecientos carros de hierro y a todos sus hombres para que vinieran desde Jaroset Goyim hasta el río Cisón.


Débora, esposa de Lapidot, era profeta y dirigía a Israel como juez en ese momento.


Cuando el pueblo eligió nuevos dioses, entonces la guerra llegó a sus puertas. Ni siquiera un escudo o una lanza podían encontrarse entre los cuarenta mil guerreros de Israel.


Los israelitas se vieron desesperadamente empobrecidos por los madianitas y pidieron ayuda al Señor.


Le dijeron a Samuel: “No dejes de rogarle al Señor nuestro Dios por nosotros, para que nos salve de los filisteos”.