No hay nadie que no muera, nadie puede salvarse a sí mismo del poder de la tumba. Selah.
Juan 8:51 - Versión Biblia Libre Les digo la verdad, cualquiera que sigue mi enseñanza, no morirá jamás”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte. Biblia Nueva Traducción Viviente Les digo la verdad, ¡todo el que obedezca mi enseñanza jamás morirá! Biblia Católica (Latinoamericana) En verdad les digo: el que guarda mi palabra no probará la muerte jamás. La Biblia Textual 3a Edicion De cierto, de cierto os digo: Si alguno guarda mi palabra, de ningún modo verá muerte eterna. Biblia Serafín de Ausejo 1975 De verdad os aseguro: el que guarda mi palabra no verá la muerte jamás'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) De cierto, de cierto os digo, si alguno guarda mi palabra, jamás verá muerte. |
No hay nadie que no muera, nadie puede salvarse a sí mismo del poder de la tumba. Selah.
Les digo la verdad: hay algunos aquí que no morirán antes de que vean al Hijo del hombre venir en su reino”.
El Espíritu Santo le había mostrado que no moriría sin haber visto al Mesías del Señor.
Jesús respondió: “Aquellos que me aman harán lo que yo digo. Mi Padre los amará, y vendremos a crear un hogar con ellos.
“Recuerden lo que les dije: los siervos no son más importantes que su amo. Si ellos me persiguen a mí, los perseguirán a ustedes también. Si hicieron lo que yo les dije, harán lo que ustedes les digan también.
“Yo he revelado tu carácter a aquellos que me diste del mundo. Ellos te pertenecían; me los diste a mí, y he hecho lo que tú dijiste.
Les digo la verdad: aquellos que siguen lo que yo digo y creen en Aquél que me envió, tienen vida eterna. Ellos no serán condenados, sino que habrán pasado de la muerte a la vida.
Pero este es el pan que viene del cielo, y cualquiera que lo coma no morirá jamás.
Jesús habló una vez más al pueblo, diciéndoles: “Yo soy la luz del mundo. Si me siguen, no caminarán en la oscuridad, porque tendrán la luz de la vida”.
“Ahora sabemos que estás poseído por el demonio”, dijeron los judíos. “Abraham murió, y los profetas también, ¡y tú estás diciéndonos ‘cualquiera que sigue mi enseñanza, no morirá jamás!’
Ustedes no lo conocen, pero yo sí lo conozco. Si yo dijera ‘No lo conozco,’ sería un mentiroso, tal como ustedes. Pero yo sí lo conozco, y hago lo que Él dice.
Por fe en Dios Enoc fue llevado al cielo para que no experimentara la muerte. Y no pudieron encontrarlo en la tierra porque fue llevado al cielo. Y antes de esto, a Enoc se le conocía como alguien que agradaba a Dios.
Pero vemos a Jesús, puesto en un lugar un poco inferior al de los ángeles, coronado de gloria y honra por el sufrimiento de la muerte. Por medio de la gracia de Dios, Jesús experimentó la muerte por todos.