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Juan 6:12 - Versión Biblia Libre

Cuando todos estuvieron saciados, dijo a sus discípulos: “Recojan lo que sobró para que nada se desperdicie”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Una vez que quedaron satisfechos, Jesús les dijo a sus discípulos: «Ahora junten lo que sobró, para que no se desperdicie nada».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: 'Recojan los pedazos que han sobrado para que no se pierda nada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando se hubieron saciado, dice a sus discípulos: Recoged los trozos sobrantes para que no se pierda nada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Una vez saciados, dice a sus discípulos: 'Recoged los pedazos que han sobrado, para que no se pierda nada'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.

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Otras versiones



Juan 6:12
12 Referencias Cruzadas  

Nehemías continuó diciendo: “Vayan y disfruten de buena comida y bebidas dulces, y compartan con los que no tienen nada preparado, porque hoy es un día especial y santo para nuestro Señor. No estén tristes, porque su fuerza viene del Señor, que los hace felices”.


Capturaron ciudades fortificadas y tierras fértiles. Se apoderaron de casas llenas de cosas valiosas, cisternas de agua, viñedos, olivares y muchos árboles frutales. Comieron hasta saciarse y engordaron. Estaban muy contentos de lo buenos que eran con ellos.


La pereza y la destrucción son hermanos.


Él llena a los hambrientos con cosas buenas para comer, y echa a los ricos con las manos vacías.


Unos días más tarde, el hijo menor empacó sus cosas y se fue a un país lejano. Allí gastó todo su dinero, viviendo una vida temeraria.


Jesús le contó a sus discípulos este relato: “Había un hombre rico cuyo administrador fue acusado de haber gastado todo lo que le pertenecía a su amo.


Todos comieron hasta que quedaron saciados, y luego se recogieron doce canastas con lo que quedó.


Jesús y sus discípulos también habían sido invitados a la boda.