“Yo sabía exactamente quién serías antes de crearte en el vientre de tu madre; te elegí antes de que nacieras para que fueras profeta de las naciones”.
Juan 3:27 - Versión Biblia Libre “Nadie recibe nada a menos que le sea dado del cielo”, respondió Juan. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Biblia Nueva Traducción Viviente Juan respondió: —Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda desde el cielo. Biblia Católica (Latinoamericana) Juan respondió: 'Nadie puede atribuirse más de lo que el Cielo le quiere dar. La Biblia Textual 3a Edicion Respondió Juan y dijo: No puede un hombre recibir nada si no le ha sido dado del cielo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Juan contestó: 'Nadie puede asumir nada que no se le haya dado del cielo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada si no le es dado del cielo. |
“Yo sabía exactamente quién serías antes de crearte en el vientre de tu madre; te elegí antes de que nacieras para que fueras profeta de las naciones”.
Pero no he tenido prisa por dejar de ser tu pastor. No he querido que llegara el tiempo de los problemas. Sabes que todo lo que he dicho lo he dicho delante de ti.
El Señor me tomó de mi camino mientras seguía a mi rebaño, y el Señor me dijo: ‘Ve y da mi mensaje a mi pueblo de Israel’”.
El bastón que pertenece al hombre que yo elija brotará ramas, y pondré fin a las constantes quejas de los israelitas contra ti”.
¿Con qué autoridad bautizaba Juan? ¿Acaso su autoridad venía del cielo, o de los hombres?” Entonces ellos discutían unos con otros: “Si decimos que venía del cielo, entonces nos preguntará por qué no creímos en él.
A uno de ellos le entregó cinco talentos, a otro le dio dos, y a otro le dio uno, conforme a sus capacidades. Luego se fue.
Es como un hombre que se fue de viaje. Se fue de la casa y le dio autoridad a cada uno de sus sirvientes para hacer lo que él les había dicho. Pero al portero le dijo que se mantuviera despierto.
Muchas personas llegaron donde él estaba, y decían: “Juan no hizo milagros, pero todo lo que él dijo acerca de este hombre se ha hecho realidad”.
Jesús añadió: “Esta es la razón por la que les dije que nadie puede venir a mí a menos que le sea posible por parte del Padre”.
Fue a través de él que recibí el privilegio de convertirme en apóstol para llamar a todas las naciones a creer en él y obedecerle.
Cada uno tiene dones diferentes, que varían conforme a la gracia que se nos ha dado. De modo que si el don consiste en hablar de Dios, entonces debes hacerlo conforme a tu medida de fe en Dios.
Esta carta viene de parte de Pablo, llamado para ser un apóstol de Jesucristo, conforme a la voluntad de Dios, y de parte de nuestro hermano Sóstenes.
Pero todos estos dones son obra del único y del mismo Espíritu, haciendo partícipe a cada persona, según su elección.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia por mí no fue desperdiciada. Por el contrario, he trabajado con más esfuerzo que todos ellos, aunque no fui yo, sino la gracia de Dios obrando en mí.
¿Quién es Apolos, después de todo? ¿Y quién es Pablo? Nosotros solo somos siervos por medio de los cuales ustedes llegaron a creer. Cada uno de nosotros hace la obra que Dios nos asignó.
¿Quién los hizo tan especiales? ¿Qué poseen que no les haya sido dado? Y si lo recibieron, ¿por qué dicen con orgullo que no les fue dado?
Esta carta viene de Pablo, un apóstol no designado por ninguna organización o autoridad humana. Muy por el contrario, fui designado por Jesucristo y Dios, el Padre, quien levantó a Jesús de entre los muertos.
Esta carta proviene de Pablo, un apóstol de Cristo Jesús conforme a la voluntad de Dios, para los cristianos en Éfeso y para los que creen en Cristo Jesús.
Fui designado para compartir este mensaje y ser su mensajero, ser un maestro para los extranjeros sobre la fe en Dios y la verdad (no miento, digo la verdad).
Todo lo que es bueno, todo don perfecto, viene de arriba, y desciende del Padre que hizo las luces del cielo. A diferencia de ellas, él no cambia, él no varía ni arroja sombras.