Juan 20:13 - Versión Biblia Libre “¿Por qué estás llorando?” le preguntaron. Ella respondió: “Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. Biblia Nueva Traducción Viviente —Apreciada mujer, ¿por qué lloras? —le preguntaron los ángeles. —Porque se han llevado a mi Señor —contestó ella—, y no sé dónde lo han puesto. Biblia Católica (Latinoamericana) Le dijeron: 'Mujer, ¿por qué lloras?' Les respondió: 'Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto. La Biblia Textual 3a Edicion Ellos le dicen: Mujer ¿por qué lloras? Les dice: Porque se llevaron a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le dicen ellos: 'Mujer, ¿por qué lloras?'. Ella les responde: 'Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han colocado'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Ella les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. |
Esto es lo que dice el Señor: No llores más, no llores más, porque vas a ser recompensada por lo que has hecho, declara el Señor. Tus hijos volverán del país de tus enemigos.
“¿Sobre qué hablan?” les preguntó. Ellos se detuvieron, y sus rostros estaban tristes.
Cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo que él amaba junto a ella, le dijo a su madre: “Madre, este es tu hijo”.
“Madre, ¿por qué deberías involucrarme? Mi tiempo no ha llegado aún”, respondió él.
“¿Por qué estás llorando?” le preguntó él. “¿A quién estás buscando?” Creyendo que era el jardinero, ella le dijo: “Señor, si te lo has llevado, dime dónde lo has puesto para yo ir a buscarlo”.
Entonces ella salió corriendo para decirle a Simón Pedro y al otro discípulo, al que Jesús amaba: “Se han llevado al Señor de la tumba, y no sabemos dónde lo han puesto”.
Sin embargo, Pablo respondió: “¿Qué hacen? Están llorando y rompen mi corazón. No solo estoy listo para ser amarrado en Jerusalén, sino también para morir allí por causa del Señor Jesús”.
Su esposo le preguntaba: “Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás tan alterada? ¿No soy mejor para ti que diez hijos?”