Y esa noche el Señor se le apareció y le dijo: “Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No tengas miedo, porque yo estoy contigo. Te bendeciré y te daré muchos descendientes por causa de mi siervo Abraham”.
Juan 11:15 - Versión Biblia Libre Me alegro por ustedes de que yo no estaba allí, porque ahora ustedes podrán creer en mí. Vayamos y veámoslo”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él. Biblia Nueva Traducción Viviente Y, por el bien de ustedes, me alegro de no haber estado allí, porque ahora ustedes van a creer de verdad. Vamos a verlo. Biblia Católica (Latinoamericana) pero yo me alegro por ustedes de no haber estado allí, pues así ustedes creerán. Vamos a verlo. La Biblia Textual 3a Edicion Y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis. Pero vayamos a él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y me alegro de no haber estado allí, por vosotros: para que creáis. Pero vayamos a su casa'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y me alegro por vosotros, que yo no haya estado allí, para que creáis; mas vamos a él. |
Y esa noche el Señor se le apareció y le dijo: “Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No tengas miedo, porque yo estoy contigo. Te bendeciré y te daré muchos descendientes por causa de mi siervo Abraham”.
Desde que puso a José a cargo y le confió todo lo que tenía, el Señor bendijo la casa de Potifar por causa de José. El Señor bendecía todo lo que tenía, tanto en su casa como en sus campos.
Pero Él no permitió que nadie los tratara mal; advirtiendo a los reyes que los dejarán en paz:
Si algún invasor viene a atacarte, yo no lo envié; tú derrotarás a cualquiera que te ataque.
Esto es lo que dice el Señor: Es como cuando queda un poco de jugo en un racimo de uvas y la gente dice: No te deshagas de todo; todavía hay algo bueno en él, yo haré lo mismo con mis siervos: no los destruiré a todos.
Tomás, el gemelo, dijo a sus condiscípulos: “Vayamos también para que muramos con él”.
Cuando Jesús escuchó la noticia dijo: “El resultado final de esta enfermedad no será la muerte. A través de esto, será revelada la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios sea glorificado”.
Yo me consagro a mí mismo por ellos para que ellos también sean verdaderamente santos.
Esta fue la primera de las señales milagrosas de Jesús, y fue realizada en Caná de Galilea. Aquí él dio a conocer su gloria, y sus discípulos pusieron su confianza en él.
¡Todo es por ustedes! Cuantos más alcance la gracia de Dios, mayor será nuestro agradecimiento a él, a su gloria.
A pesar de todo esto, estoy dispuesto a continuar por la causa del pueblo de Dios para que puedan recibir la salvación de Cristo Jesús, que es su gloria eterna.
Escribo para decirles a los que entre ustedes creen en el nombre del Hijo de Dios, para que puedan estar seguros que tienen la vida eterna.