Establecieron estos días de Purim en su momento, tal como lo habían ordenado Mardoqueo el judío y la reina Ester, comprometiéndose ellos y sus descendientes a los tiempos de ayuno y luto.
Jonás 3:2 - Versión Biblia Libre “Ve de inmediato a la gran ciudad de Nínive, y anúnciales el mensaje que te doy”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Biblia Nueva Traducción Viviente «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive y entrega el mensaje que te he dado». Biblia Católica (Latinoamericana) Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y anuncia lo que yo te diga. La Biblia Textual 3a Edicion Levántate y vete a Nínive, la gran metrópoli, y proclama en ella el mensaje que Yo te daré. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y proclama ante ella lo que yo te diré'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y predica en ella el mensaje que yo te diré. |
Establecieron estos días de Purim en su momento, tal como lo habían ordenado Mardoqueo el judío y la reina Ester, comprometiéndose ellos y sus descendientes a los tiempos de ayuno y luto.
Entonces Moisés le explicó a Aarón todo lo que el Señor le había mandado a decir, y todos los milagros que le había ordenado hacer.
“Tienes que prepararte. Vas a presentarte ante el pueblo y a decirles todo lo que yo te ordene. No tengas miedo de ellos, o yo te asustaré delante de ellos.
“No digas que eres demasiado joven”, me dijo el Señor. “Ve a todos los lugares que yo te mande. Diles todo lo que te ordeno que digas.
“Hijo de hombre, te he elegido como vigilante del pueblo de Israel. Cada vez que te dé un mensaje, deberás avisarles de mi parte.
“Ve de inmediato a la gran ciudad de Nínive y condénala porque yo he visto la maldad de su pueblo”.
Y Jonás hizo lo que Dios le dijo. Y se dirigió a Nínive, una ciudad que era tan grande, que se necesitaban tres días para atravesarla de a pie.
Después de esto, Jesús encontró al hombre en el Templo, y le dijo: “Mira, ahora has sido sanado. Deja de pecar o podría ocurrirte algo peor”.