El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi Salvador. Él es mi Dios, la roca que me protege. Me cuida del peligro. Su poder es como un escudo, y me mantiene a salvo.
Joel 3:16 - Versión Biblia Libre El Señor rugirá desde Sión, alzando su voz desde Jerusalén, haciendo estremecer los cielos y la tierra. Pero el Señor resguardará a su pueblo, y protegerá al pueblo de Israel. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente La voz del Señor pronto rugirá desde Sion y tronará desde Jerusalén, y los cielos y la tierra temblarán; pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza firme para el pueblo de Israel. La Biblia Textual 3a Edicion YHVH rugirá desde Sión, Dará su voz desde Jerusalem, y temblarán los cielos y la tierra. Pero YHVH es la esperanza de su pueblo, La fortaleza de los hijos de Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jehová rugirá desde Sión, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; mas Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel. |
El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi Salvador. Él es mi Dios, la roca que me protege. Me cuida del peligro. Su poder es como un escudo, y me mantiene a salvo.
porque tú eres mi protección, una torre fuerte en la que mis enemigos no pueden atacarme.
El Señor es una torre protectora para los justos, bajo la cual pueden estar seguros.
Vivirán en las alturas; estarán protegidos por las fortalezas de las montañas; siempre tendrán comida y siempre tendrán agua.
Aquí mismo, nuestro majestuoso Señor será como un lugar de amplios ríos y aguas que ningún barco enemigo con remos puede cruzar, ningún gran barco puede pasar.
Como un poderoso guerrero marchará el Señor, como un soldado aguerrido sale con valor. Da su grito de guerra, gritando mientras lucha y derrota a sus enemigos.
Yo te he dicho lo que tienes que decir, y te he protegido con mi mano. Yo creé los cielos y fundé la tierra, y le dije a Sión: Tú eres mi pueblo.
Señor, tú eres mi fuerza y mi fortaleza, mi lugar seguro en el tiempo de angustia. Vendrán a ti naciones de toda la tierra, y dirán: “¡La religión de nuestros antepasados era una total mentira! Los ídolos que adoraban eran inútiles, no servían para nada.
¡Por favor, no seas tú quien me aterrorice! Tú eres mi protección en el tiempo de la angustia.
“En mi apasionado y furioso enojo anuncio que en ese momento se producirá un violento terremoto en el país de Israel.
El pueblo me segirá a mi, al Señor. El Señor rugirá como león y entonces sus hijos vendrán temblando desde el oeste.
Y dijo: El Señor ruge desde Sión, y alza su voz desde Jerusalén. Los pastizales de los pastores se marchitan, y la cima del Monte Carmelo se seca.
El león ha rugido, ¿quién no temerá? El Señor ha hablado, ¿quién podrá negarse a hablar por él?
El Señor es bueno, es un lugar seguro en momento de tribulación. Él cuida de los que confían en él,
Esto es lo que el Señor Todopoderoso dice: Pronto sacudiré los cielos y la tierra otra vez, así como el cielo y la tierra seca.
Haré temblar a todas las naciones y el deseado de todas las gentes vendrá y yo llenaré esta casa de gloria, dice el Señor Todopoderoso.
Yo los haré fuertes en el Señor, y ellos seguirán todo lo que él diga, declara el Señor.
Yo fortaleceré al pueblo de Judá. Salvaré al pueblo de José. Los traeré de vuelta a casa porque cuido de ellos. Será como si nunca los hubiera rechazado, porque yo soy el Señor su Dios y atenderé sus clamores de ayuda.
¡Vuelvan a los baluartes, prisioneros con esperanza! Hoy les prometo que les pagaré el doble de lo que han perdido.
En ese tiempo la voz de Dios agitó la tierra, pero ahora su promesa es: “Una vez más voy a agitar no solo la tierra sino también el cielo”.
Y al mismo tiempo hubo un gran terremoto, y una décima parte de la ciudad colapsó. Siete mil personas murieron en ese terremoto, y el resto de la gente estaba llena de horror, y daba gloria al Dios del cielo.
Entonces se abrió el Templo de Dios en el cielo, y el arca del pacto se podía ver dentro de su Templo. Y hubo rayos y relámpagos, truenos, un terremoto y una granizada.
Entonces hubo relámpagos y truenos, y un gran terremoto sacudió la tierra. Y fue el peor terremoto que hubiera existido desde que hubo habitantes en la tierra.
¡Además la Gloria de Israel no miente ni cambia de opinión, porque él no es un ser humano!”