La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Joel 3:10 - Versión Biblia Libre

Forjen las puntas de las palas para el arado y hagan espadas con ellas. Conviertan sus podaderas en lanzas. Incluso los débiles deberán decir: ‘Soy un soldado fuerte!’

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Forjen las rejas de arado y conviértanlas en espadas, y sus herramientas para podar, en lanzas. Entrenen aun a los más débiles para que sean guerreros.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

De los arados forjad espadas,° Y de vuestras hoces haced lanzas. Diga el débil: ¡Fuerte soy!

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Haced espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.

Ver Capítulo
Otras versiones



Joel 3:10
7 Referencias Cruzadas  

Aunque luchen con valentía, Dios los hará tropezar y caer ante el enemigo, pues Dios tiene el poder de ayudarlos o dejarlos caer”.


El Señor decidirá los casos de las naciones; resolverá las discusiones entre ellas. Martillarán sus espadas y las convertirán en hojas de arado, y sus lanzas en podaderas. Las naciones ya no lucharán entre sí; ya no aprenderán métodos de guerra.


¡Afilen las flechas! Recojan los escudos! El Señor ha animado a los reyes de los medos, porque su plan está dirigido a la destrucción de Babilonia. El Señor les está pagando por lo que le sucedió a su Templo.


El Señor será el juez que decida el caso de las naciones, él resolverá los conflictos entre naciones poderosas distantes. Ellos forjarán sus espadas y las convertirán en arados, y transformarán sus lanzas en podaderas. Las naciones ya no pelearán unas con otras, in usarán estrategias de guerra.


Ese día el Señor pondrá un escudo protector alrededor del pueblo de Jerusalén para que hasta el más torpe sea un guerrero hábil como David, y la casa de Davod será como Dios, como el ángel del Señor que los guía.


Cuando Jesús la miró, la llamó y le dijo: “Has sido liberada de tu enfermedad”.


“Pero ahora, si tienen dinero llévenlo con ustedes, de igual manera si tienen una bolsa, y si no tienen espada, vendan su manto y compren una.