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Ester 1:2 - Versión Biblia Libre

En ese momento el rey Jerjes gobernaba desde su trono real en la fortaleza de Susa.

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Biblia Reina Valera 1960

que en aquellos días, cuando fue afirmado el rey Asuero sobre el trono de su reino, el cual estaba en Susa capital del reino,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En esa época, Jerjes gobernaba su imperio desde el trono real, ubicado en la fortaleza de Susa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

su trono real estaba por ese entonces en la fortaleza de Susa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

cuando el rey Asuero ya se había sentado en el trono de su reino, que estaba en Susa, en la ciudadela,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

que en aquellos días, mientras el rey Asuero se sentaba en su trono real, en la ciudadela de Susa,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

que en aquellos días, cuando el rey Asuero fue afirmado en el trono de su reino, el cual estaba en Susán, capital del reino,

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Ester 1:2
10 Referencias Cruzadas  

A estas alturas el rey estaba cómodo en su palacio y el Señor le había dado la paz de todas las naciones enemigas que lo rodeaban.


Además, Salomón está sentado en el trono real,


Este es el relato de Nehemías, hijo de Hacalías. En el mes de Quisleu, en el vigésimo año del reinado de Artajerjes, yo estaba en la fortaleza de Susa.


Su Majestad debería poner oficiales a cargo en cada provincia de su imperio para reunir a todas las jóvenes hermosas y llevarlas al harén del rey en la fortaleza de Susa. Que las pongan bajo la supervisión de Hegai, el eunuco del rey encargado de las mujeres, y que les hagan tratamientos de belleza.


En la fortaleza de Susa vivía un judío llamado Mardoqueo, hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, un benjamita


Por orden del rey, los mensajeros se apresuraron a seguir su camino. El decreto se emitió también en la fortaleza de Susa. El rey y Amán se sentaron a beber mientras la gente de la ciudad de Susa estaba muy turbada.


“Haz que todos los judíos de Susa se reúnan y ayunen por mí. No coman ni beban nada durante tres días y tres noches. Yo y mis doncellas también ayunaremos. Después iré a ver al rey, aunque sea contra la ley, y si muero, que muera”.


A mí, Nabucodonosor, me iba bien en casa, viviendo felizmente en mi palacio.


En mi visión miré a mi alrededor y vi que estaba en el castillo de Susa, en la provincia de Elam. En la visión me encontraba junto al río Ulai.