Pero Abrán le respondió al rey de Sodoma: “Levanto mi mano, haciendo una promesa solemne al Señor, al Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra,
Apocalipsis 10:5 - Versión Biblia Libre El ángel que vi en pie sobre el mar y la tierra elevó su mano derecha hacia el cielo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el ángel que vi de pie sobre el mar y sobre la tierra levantó la mano derecha hacia el cielo. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el ángel que había visto de pie sobre el mar y la tierra levantó su mano derecha al cielo La Biblia Textual 3a Edicion Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su diestra hacia el cielo, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y el ángel que yo había visto de pie sobre el mar y sobre la tierra levantó al cielo su mano derecha. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, |
Pero Abrán le respondió al rey de Sodoma: “Levanto mi mano, haciendo una promesa solemne al Señor, al Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra,
Ellos oraron: “Sólo tú eres el Señor. Tú hiciste el cielo, los cielos con todas sus estrellas, la tierra y todo lo que hay en ella, los mares y todo lo que hay en ellos. Tú les das vida a todos ellos, y todos los seres celestiales te adoran.
Felices los que tienen al Dios de Jacob como su ayudador. Su esperanza es el Señor su Dios.
Porqueen seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y luego descansó en el séptimo día. Por eso el Señor bendijo el día de reposo y lo hizo santo.
Los llevaré a la tierra que prometí solemnemente darles a Abraham, Isaac y Jacob. Se las daré y será de ellos. ¡Yo soy el Señor!’”
“Así que levanté mi mano y les juré en el desierto que no los llevaría a la tierra que les había dado, una tierra que fluye leche y miel -mejor que cualquier otro país-
“Sin embargo, levanté mi mano y les juré en el desierto que los iba a dispersar entre los distintos países de las diferentes naciones.
Después de que los conduje a la tierra que les había prometido dar, en cualquier monte alto o bajo cualquier árbol frondoso que veían allí ofrecían sus sacrificios paganos y presentaban ofrendas a los ídolos que me hacían enojar, quemando su incienso de olor dulce y derramando sus libaciones.
Entonces reconocerán que yo soy el Señor cuando los haga regresar al país de Israel, la tierra que prometí dar a sus antepasados.
y luego diles que esto es lo que dice el Señor Dios: Cuando elegí a Israel, levanté mi mano e hice una promesa solemne a los descendientes de Jacob y me revelé a ellos cuando estaban en Egipto. Levanté mi mano y les dije: ‘Yo soy el Señor, tu Dios’.
“Esto es lo que dice el Señor Dios: Levanto mi mano y juro que las demás naciones que te rodean sufrirán su propia vergüenza.
Debes asignarles la tierra por igual. Yo levanté mi mano e hice la promesa solemne de dársela a sus antepasados, de modo que esta tierra les llegará a ustedes para que la posean y la transmitan como herencia.
El hombre vestido de lino, que estaba por encima de las aguas del río, levantó ambas manos al cielo e hizo una promesa solemne por Aquel que vive eternamente. Le oí decir: “Durará un tiempo, tiempos y medio tiempo. Cuando la dispersión del poder del pueblo santo ha llegado a su fin, entonces todas estas cosas también llegarán a su fin”.
“Señores, ¿qué hacen? Nosotros somos seres humanos con la misma naturaleza de ustedes. Vinimos a traerles buenas noticias para que ustedes abandonen estas cosas inútiles y se vuelvan a un Dios que realmente está vivo. Él es quien hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.
Y mientras caminaba, viendo sus santuarios, encontré un altar que tenía la inscripción, ‘A un Dios no conocido’. Este Dios no conocido a quien ustedes adoran es el que yo les estoy describiendo.
Desde la creación del mundo, los aspectos invisibles de Dios—su poder y divinidad eternos—son claramente visibles en lo que él hizo. Tales personas no tienen excusa,
Cuando Dios le dio su promesa a Abrahán, no pudo jurar por alguien superior, así que hizo un juramento consigo mismo,
Soy el que vive. Estuve muerto, pero mírame, ahora estoy vivo por siempre y para siempre, y tengo las llaves de la muerte y del sepulcro.
Y sostenía un pequeño rollo que ya había sido abierto. Colocó su pie derecho sobre el mar, y su pie izquierdo en la tierra.
Y clamaba a gran voz, diciendo: “La reverencia y la gloria sean dadas a Dios, pues ha llegado la hora de su juicio. Adoren a Aquél que hizo el cielo, la tierra, el mar, y las fuentes de agua”.
Entonces el séptimo ángel derramó su copa en el aire, y del Templo salió una gran voz, que venía desde el trono, y gritaba: “¡Está hecho!”
“Nuestro Señor y Dios, tú eres digno de gloria, honra y autoridad, pues tú lo creaste todo. Por tu voluntad la creación llegó a existir”.
Y cada vez que las criaturas vivientes glorifican, honran y agradecen al que está sentado en el trono, y que vive por siempre y para siempre,