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2 Samuel 22:9 - Versión Biblia Libre

Humo salía de sus narices, y fuego de su boca, carbones ardientes que ardían ante él.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

De su nariz salía humo a raudales; de su boca saltaban violentas llamas de fuego. Carbones encendidos se disparaban de él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Salía vapor de sus narices, y de su boca, un fuego devorador, un chorro de carbones encendidos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

De su nariz se alzó una humareda, Y de su boca salió un fuego abrasador, Que lanzó carbones encendidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

De su nariz exhala humo, de su boca, un fuego que devora, todo él carbones encendidos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Humo subió de su nariz, y de su boca fuego consumidor, por el cual se encendieron carbones.

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Otras versiones



2 Samuel 22:9
17 Referencias Cruzadas  

De su resplandor brotaron carbones ardientes.


El Señor rugió, y con el viento del aliento de su nariz se vieron los valles del mar y se descubrieron los cimientos de la tierra.


Un soplo de Dios los destruye; una ráfaga de su cólera los aniquila.


Rugiste, ¡Oh Señor! Y por el poder del viento que salió de tus fosas nasales los valles del mar fueron expuestos, y las bases de la tierra quedaron al descubierto.


Humo salió de sus fosas nasales y fuego de su boca. Había carbones ardientes quemándose delante de él.


El humo se derramó sobre todo el Monte Sinaí porque la presencia del Señor había descendido como el fuego. El humo se elevó como el humo de un horno, y toda la montaña tembló furiosamente.


Para los israelitas la gloria del Señor parecía un fuego ardiente en la cima de la montaña.


¡Mira cómo llega el Señor desde lejos, ardiendo de ira y acompañado de espesas nubes de humo! Lo que dice muestra su ira: es como un fuego que lo quema todo.


El lugar de incineración ha sido preparado hace mucho tiempo, listo para el rey. Su pira fúnebre es profunda y ancha, y tiene mucho fuego y leña. El soplo del Señor le prende fugo, como un torrente de azufre ardiente.


Entonces haré que sus enemigos los conviertan en sus esclavos en un país desconocido, porque me enfadaré tanto que será como encender un fuego que te quemará.


Esta es la respuesta del Señor Dios Todopoderoso: Por lo que has dicho, haré que mis palabras sean como un fuego en tu boca y que tú seas como la leña que quema.


Delante de él viene la plaga, y la enfermedad sigue a sus pies.


Mi ira se ha encendido, quemando hasta las profundidades de la tumba, destruyendo la tierra y todo lo que produce, incluso prendiendo fuego a los cimientos de las montañas.


Porque “nuestro Dios es fuego consumidor”.