Cuando el rey David llegó a la ciudad de Bahurim, un hombre de la familia de Saúl estaba saliendo. Se llamaba Simei, hijo de Gera, y gritaba maldiciones al llegar.
2 Samuel 17:18 - Versión Biblia Libre Pero un muchacho los vio y se lo dijo a Absalón. Así que los dos salieron inmediatamente y fueron a la casa de un hombre en la ciudad de Bahurim. Él tenía un pozo en su patio, y ellos se metieron en él. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero fueron vistos por un joven, el cual lo hizo saber a Absalón; sin embargo, los dos se dieron prisa a caminar, y llegaron a casa de un hombre en Bahurim, que tenía en su patio un pozo, dentro del cual se metieron. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, un muchacho los vio en En-rogel, y se lo contó a Absalón, así que escaparon a toda prisa a Bahurim donde un hombre los escondió dentro de un pozo en su patio. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero un joven los vio y dio aviso a Absalón. Entonces ambos salieron huyendo y se refugiaron en casa de un hombre de Bajurim. Había en el patio un pozo donde se escondieron. La Biblia Textual 3a Edicion Pero un joven los vio e informó a Absalón, así que los dos, saliendo deprisa, llegaron a casa de un hombre en Bahurim que tenía un pozo en su patio, al cual bajaron. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero los vio un muchacho y se lo comunicó a Absalón. Entonces los dos partieron a toda prisa y llegaron a la casa de un hombre de Bajurín que tenía en el patio un pozo y a él descendieron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero fueron vistos por un joven, el cual lo hizo saber a Absalón; sin embargo, los dos se dieron prisa a caminar, y llegaron a casa de un hombre en Bahurim, que tenía un pozo en su patio, dentro del cual se metieron. |
Cuando el rey David llegó a la ciudad de Bahurim, un hombre de la familia de Saúl estaba saliendo. Se llamaba Simei, hijo de Gera, y gritaba maldiciones al llegar.
Simeí, hijo de Gera, el benjamita de Bahurim, se apresuró a bajar con los hombres de Judá a recibir al rey David.
Su marido la siguió hasta la ciudad de Bahurim, llorando mientras iba. Entonces Abner le ordenó: “¡Vuelve a casa!”. Así que se fue a su casa.