Entonces la gente se acercó a David y trataron de persuadirlo para que comiera algo durante el día. Pero David hizo un juramento, diciendo: “¡Que Dios me castigue severamente si como pan o cualquier otra cosa antes de la puesta del sol!”
2 Samuel 1:12 - Versión Biblia Libre Se lamentaron, lloraron y ayunaron hasta la noche por Saúl y su hijo Jonatán, y por el ejército del Señor, los israelitas, que habían muerto a espada. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por Jonatán su hijo, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a filo de espada. Biblia Nueva Traducción Viviente Hicieron duelo, lloraron y ayunaron todo el día por Saúl y su hijo Jonatán, también por el ejército del Señor y por la nación de Israel, porque ese día habían muerto a espada. Biblia Católica (Latinoamericana) Se lamentaron mucho, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y su hijo Jonatán, por el pueblo de Yavé y por la casa de Israel que habían perecido a espada. La Biblia Textual 3a Edicion E hicieron duelo y lloraron y ayunaron hasta la tarde por Saúl y por su hijo Jonatán, y por el pueblo de YHVH° y por la casa de Israel, porque habían caído por la espada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego hicieron duelo con lloros y ayunos hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo de Yahveh y por la casa de Israel, porque habían caído al filo de la espada. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y lloraron y lamentaron, y ayunaron hasta la tarde, por Saúl y por Jonatán su hijo, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a espada. |
Entonces la gente se acercó a David y trataron de persuadirlo para que comiera algo durante el día. Pero David hizo un juramento, diciendo: “¡Que Dios me castigue severamente si como pan o cualquier otra cosa antes de la puesta del sol!”
Cómo quisiera que mi cabeza fuera un manantial de agua, y mis ojos una fuente de lágrimas. Entonces lloraría día y noche por todo mi pueblo que ha sido asesinado.
Beben del vaso lleno de agua, y se ungen con los aceites más exclusivos, pero no se lamentan de la ruina de los descendientes de José.
¿Quién es débil? ¿Acaso no me siento débil también? ¿Quién es conducido a pecar sin que yo arda de enojo?
Finalmente, tengan todos un mismo propósito. Sean amables y amorosos unos con otros. Sean compasivos y humildes.
Luego tomaron sus huesos y los enterraron bajo el tamarisco en Jabes, y ayunaron durante siete días.
Saúl, sus tres hijos, su escudero y todos los hombres que estaban con él murieron el mismo día.