Entonces, ¿qué quieren ustedes? ¿Acaso iré con una vara a golpearlos, o iré con amor y espíritu de mansedumbre?
2 Corintios 2:3 - Versión Biblia Libre Por eso escribí lo que escribí, para no estar triste por los que deberían causarme alegría. Estaba muy seguro de que todos ustedes participarían de mi felicidad. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y esto mismo os escribí, para que cuando llegue no tenga tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera gozar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Por eso les escribí como lo hice, para que, cuando llegue, no me causen tristeza los mismos que deberían darme la más grande alegría. Seguramente, todos ustedes saben que mi alegría proviene de que estén alegres. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso les escribí: 'Ojalá que cuando vaya no tenga que entristecerme a causa de los mismos que deberían ser mi alegría. Confío y estoy seguro de que todos podrán compartir mi alegría. La Biblia Textual 3a Edicion Y os escribí esto mismo para que, al llegar, no tenga tristeza de parte de los que deben alegrarme; estando confiado en todos vosotros de que mi gozo es el de todos vosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y esto es precisamente lo que os decía en mi carta: que al llegar ahí no debería yo recibir disgustos de aquellos que me deberían proporcionar alegría; y que confío en todos vosotros en que mi alegría es la de todos vosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y esto mismo os escribí, para que cuando yo venga no tenga tristeza de aquellos de quienes me debiera alegrar; confiando en todos vosotros de que mi gozo es el gozo de todos vosotros. |
Entonces, ¿qué quieren ustedes? ¿Acaso iré con una vara a golpearlos, o iré con amor y espíritu de mansedumbre?
Como yo estaba tan seguro de su confianza en mí, hice planes para venir a visitarlos primero. Así ustedes se habrían beneficiado doblemente,
Pongo a Dios como mi testigo que la razón por la que decidí no ir a Corinto fue para no causarles dolor.
Estoy hablando como necio, pero ustedes me obligaron a hacerlo. Ustedes deberían haber estado hablando bien de mí, pues de ninguna manera soy inferior a estos “súper apóstoles”, aunque no soy nada.
Me temo que cuando vaya de visita, mi Dios me humillará en presencia de ustedes, y que estaré lamentándome por muchos que han pecado antes, y que aún no se han arrepentido de impureza, inmoralidad sexual, y los actos indecentes que cometieron.
Por eso les escribo sobre esto ahora que no estoy con ustedes, para que cuando sí esté allá, no tenga necesidad de tratarlos con dureza e imponiendo mi autoridad. El Señor me dio autoridad para edificar, no para destruir.
Por eso escribí, para poder Conocer el carácter de ustedes y comprobar si están haciendo lo que se les enseñó.
Así que cuando les escribí, no era para hablarles respecto al agresor ni del agredido, sino para mostrarles cuán fieles son ustedes a nosotros, ante los ojos de Dios.
Aun así, Dios, quien alienta a los abatidos de corazón, nos animó con la llegada de Tito.
Aunque los hice entristecer con la carta que les escribí, no me arrepiento, aunque sí me arrepiento porque la carta los haya entristecido, pero fue solo por un poco tiempo.
También enviamos con ellos a otro hermano que ha demostrado en muchas ocasiones ser un hombre de confianza, y que está dispuesto a ayudar. Ahora tiene aún más disposición de ayudar por la gran confianza que tiene en ustedes.
Estoy seguro en el Señor que ustedes no cambiarán su manera de pensar, y que el que los está confundiendo afrontará las consecuencias, quienquiera que sea.
Tenemos la gran seguridad en el Señor de que ustedes están haciendo y seguirán haciendo lo que les dijimos.
Te escribo sobre esto porque estoy convencido de que harás lo que te estoy pidiendo. ¡E incluso sé que harás más que eso!