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1 Juan 2:20 - Versión Biblia Libre

Pero ustedes han sido ungidos con la bendición del Espíritu Santo, y todos ustedes saben lo que es verdad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero ustedes no son así, porque el Santo les ha dado su Espíritu, y todos ustedes conocen la verdad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero ustedes tienen esa unción que viene del Santo, por lo que todos tienen ya conocimiento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y todos vosotros lo sabéis.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vosotros, en cambio, tenéis unción recibida del Santo, y todos tenéis conocimiento.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

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Otras versiones



1 Juan 2:20
28 Referencias Cruzadas  

Porque no me abandonarás en la tumba, ni permitirás que tu santo experimente la descomposición de su cuerpo.


Preparas un banquete para mí en presencia mis enemigos. Me honras ungiendo mi cabeza con aceite. ¡Mi copa está tan llena que se desborda!


Tú amas lo que está bien y aborreces o malo. Por eso es que Dios, tu Dios, te ha puesto por encima de todos al ungirte con el aceite de la victoria.


Entonces te alabaré con mi arpa por tu fidelidad, mi Dios. Cantaré alabanzas a ti con la lira, Dios Santo de Israel.


Pero tú me has hecho tan fuerte como un toro salvaje; me has ungido con el mejor aceite.


Los lavados no entienden nada acerca de la justicia, pero los que siguen al Señor, la entienden por completo.


Porque yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Entregué Egipto para pagar tu libertad; cambié Etiopía y Seba por ti.


El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para llevar la buena noticia a los pobres. Me ha enviado a curar a los quebrantados de corazón, a anunciar la liberación a los cautivos, a poner en libertad a los prisioneros,


Nadie tendrá que enseñar a su vecino o a su hermano, diciéndole: “Debes conocer al Señor”. Porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande. Los perdonaré cuando hagan el mal, y me olvidaré de sus pecados.


Esta es la parte de las ofrendas de alimentos entregadas al Señor que pertenece a Aarón y sus hijos desde el día en que fueron designados para servir al Señor como sacerdotes.


“Ustedes son privilegiados porque a ustedes se les han revelado los misterios del reino de los cielos, pero ellos no tienen ese conocimiento”, respondió Jesús.


“Jesús de Nazaret, ¿por qué nos molestas?” gritaba. “¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres! ¡Tú eres el Santo de Dios!”


“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena noticia al menesteroso. Me ha enviado para proclamar que los prisioneros serán puestos en libertad, los ciegos verán, los oprimidos serán liberados,


“¿Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: ¡El Santo de Dios!”


Pero cuando el Padre envíe al Consolador, el Espíritu Santo, en mi lugar, él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les dije.


Sin embargo, cuando el Espíritu de verdad venga, él les enseñará toda la verdad. Él no habla por su propia cuenta, sino que solo dice lo que escucha, y les dirá lo que va a suceder.


Es la buena noticia sobre Jesús de Nazaret y cómo Dios lo ungió con el Espíritu Santo, con poder, y cómo anduvo por todas partes haciendo el bien, sanando a todos los que estaban bajo control del diablo, porque Dios estaba con él.


Ustedes rechazaron a Aquél que es Santo y Justo, y exigieron que dejaran libre a un asesino.


Las personas que son espirituales lo investigan todo, pero ellos mismos no son objeto de investigación.


Tú amas lo recto, y aborreces el desorden. Es por eso que Dios, tu Dios, te ha puesto por encima de todos los demás, ungiéndote con el aceite del gozo”.


Nadie tendrá que enseñarle a su prójimo, y nadie necesitará enseñar en su familia, diciendo: ‘Debes conocer al Señor’. Porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande.


Pero el ungimiento que recibieron de él por medio del Espíritu vive en ustedes, y no necesitan que nadie los enseñe. El ungimiento del Espíritu les enseña todas las cosas. Esa es la verdad. No es una mentira. Así que vivan en Cristo, como se les ha enseñado.


¿Cómo podemos saber que él vive en nosotros? En que nos ha dado el poder de amar por su Espíritu.


Aunque esto ya lo saben, quiero recordarles que aunque el Señor salvó a su pueblo de la tierra de Egipto, después destruyó a los que eran incrédulos.


“Escribe esto al ángel de la iglesia de Filadelfia: Esto es lo que dice el Santo y Verdadero, el que tiene la llave de David. Él puede abrir y nadie puede cerrar; él puede cerrar y nadie puede abrir:


Cada una de las cuatro criaturas vivientes tenía seis alas, que también estaban cubiertas de ojos. Día y noche decían sin parar: “Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso, que era, es y vendrá”.