¡Cuidado! No menosprecien a ninguno de estos pequeños, porque ellos tienen ángeles que siempre los cuidan desde el cielo.
Lucas 1:19 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia El ángel le respondió: – Yo soy Gabriel, siempre estoy en la presencia de Dios, y fui enviado para anunciarte estas buenas noticias. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el ángel dijo: —¡Yo soy Gabriel! Estoy en la presencia misma de Dios. ¡Fue él quien me envió a darte esta buena noticia! Biblia Católica (Latinoamericana) El ángel contestó: 'Yo soy Gabriel, el que tiene entrada al consejo de Dios, y he sido enviado para hablar contigo y comunicarte esta buena noticia. La Biblia Textual 3a Edicion Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel,° que asisto en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablar contigo y anunciarte estas buenas nuevas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El ángel le contestó: 'Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios; y he sido enviado para hablar contigo y anunciarte esta buena noticia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondiendo el ángel le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y soy enviado a hablarte y darte estas buenas nuevas. |
¡Cuidado! No menosprecien a ninguno de estos pequeños, porque ellos tienen ángeles que siempre los cuidan desde el cielo.
Ahora quedarás mudo, por no creer en mis palabras y no podrás hablar hasta que nazca tu hijo Juan, pero todo se cumplirá exactamente como te dije en el tiempo de Dios.
En el sexto mes del embarazo de Elisabet, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a Nazaret, una ciudad de Galilea,
Y el ángel les dijo: – No tengan miedo. Les traigo una gran noticia que les causará mucha alegría a todos.
Estén alertas, orando en todo tiempo, para que escapen de todas estas cosas que van a suceder, y se mantengan íntegros ante el Hijo del Hombre.
Por lo tanto, teniendo a Jesús, el Hijo de Dios, como nuestro gran Sumo Sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos.