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Juan 3:3 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Jesús le respondió diciendo: – En verdad, en verdad te digo, el que no nace de nuevo, no puede vivir, tampoco experimentar el reino de Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús le respondió: —Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús le contestó: 'En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo desde arriba.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Respondió Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no nazca de nuevo° no puede ver el reino de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jesús le respondió: 'De verdad te aseguro: quien no nace de lo alto, no puede ver el reino de Dios'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.

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Otras versiones



Juan 3:3
32 Referencias Cruzadas  

Por eso Jesús dijo: – Dichoso eres tú, Simón, hijo de Jonás, pues eso no te lo reveló ni carne, ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.


Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre al reino de Dios.


¿Cuál de los dos hijos hizo la voluntad del padre? Entonces ellos respondieron: – El primero. Jesús les contestó: – En verdad les digo que los pecadores, como los cobradores de impuestos y las prostitutas, entrarán más fácil que ustedes en el reino de Dios, si se arrepienten; pero ustedes, por su religiosidad se vuelven soberbios.


En verdad les digo, toda la ley se cumplirá y nada pasará por alto hasta que todo se cumpla.


Cuando Jesús se dio cuenta de lo que estaban haciendo los discípulos, se indignó y les dijo: – Dejen que los niños vengan a mí, no se lo impidan, porque el reino de Dios le pertenece a quienes son como niños.


Si tu ojo te hace pecar, sácatelo, es mejor que entres con un solo ojo al reino de Dios, que con los dos ojos ser echado al quemadero de basura,


hijos que no nacieron por sangre, ni por voluntad de la carne, ni por voluntad de hombre, sino que nacieron por la voluntad Dios.


La luz brilló en la oscuridad, y la oscuridad no recibió a la luz.


Jesús continuó diciendo: – De cierto, de cierto les digo que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.


“Los ojos de ellos están cegados, sus corazones están endurecidos, de modo que no pueden ver con los ojos ni entender con el corazón. Por eso, deben volver a Dios para convertirse y ser sanados”.


Nicodemo le contestó a Jesús: – ¿Cómo puede un hombre, siendo viejo, nacer de nuevo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez al vientre de su madre y nacer?


Las influencias de este siglo obstaculizaron el discernimiento del pensamiento de los incrédulos, para que no vean con claridad la iluminación del Evangelio, y no reconozcan a Cristo, que es la imagen de Dios.


Por lo tanto, si alguien está en Cristo, es una nueva criatura; las cosas viejas pasaron, y todas son hechas nuevas.


Porque ni la circuncisión ni la incircuncisión valen algo, lo que de verdad importa es ser una nueva criatura.


Ustedes estaban muertos espiritualmente en sus delitos y pecados.


y nos salvó, no por mérito nuestro, tampoco por las obras que pudiéramos hacer, sino por su misericordia y a través de la purificación, regeneración y renovación del Espíritu Santo.


La sabiduría que viene de Dios es pura, pacífica, comprensiva, amable, misericordiosa, imparcial, sincera y siempre da buenos frutos.


Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su infinita misericordia nos hizo renacer a cada uno hacia una esperanza viva y transformadora, por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,


Si ustedes conocen que Él es justo, entonces conocen íntimamente que todo aquel que practica la justicia, del mismo Cristo ha nacido y tiene identidad en Él.


Todo el que ha sido engendrado por Dios no practica el pecado, pues la semilla o identidad de Dios mismo permanece en él y no debe, ni puede seguir en el pecado, porque es un hijo de Dios.


Todo el que tiene fe en que Jesús es el Cristo, de Dios ha sido engendrado, y todo el que ama al que engendró a Jesús, ama también a Jesús.


Sabemos que todo aquel que ha sido engendrado por Dios no continúa en el pecado, porque el que fue engendrado por Dios es protegido por Él mismo de las artimañas malignas del enemigo.


Pues todo aquel que ha sido engendrado por Dios, vence las tendencias pecaminosas del mundo; y esta es la victoria: practicar una fe por identidad en Dios a través de Cristo.


Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: esto dice el Amén, el Testigo fiel y Verdadero, el Principio de la creación de Dios: