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Marcos 8:25 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Entonces le puso de nuevo las manos sobre los ojos, y el ciego fue curado: recobró la vista y comenzó a ver todo con claridad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Jesús puso nuevamente sus manos sobre los ojos del hombre y fueron abiertos. Su vista fue totalmente restaurada y podía ver todo con claridad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús le puso nuevamente las manos en los ojos, y el hombre se encontró con buena vista; se recuperó plenamente y podía ver todo con claridad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y le puso otra vez las manos sobre sus ojos, entonces él miró fijamente y se restableció, y veía claramente todas las cosas desde lejos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Después impuso otra vez las manos sobre los ojos del ciego, y éste comenzó a ver claro, recobró la vista y distinguía todo perfectamente desde lejos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Luego le puso otra vez las manos sobre sus ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio claramente a todos.

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Otras versiones



Marcos 8:25
9 Referencias Cruzadas  

Al que los conoce, se le dará más conocimiento, y conocerá muchísimos secretos. Al que conoce poco, hasta lo poco que conoce se le quitará.


El hombre alzó los ojos y dijo: ―Veo gente; parecen árboles que caminan.


Jesús lo mandó a su casa y le dijo: ―No vayas a entrar en el pueblo.


Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco,


escuchando a Pablo. Cuando Pablo vio que el hombre tenía fe para ser sanado,


Estoy convencido de esto: lo que Dios comenzó a hacer en sus vidas es muy bueno, y seguirá haciéndolo hasta completarlo el día en que Cristo Jesús vuelva.


Pero ustedes son una familia elegida por Dios, son sacerdotes al servicio del Rey, son su pueblo elegido, pues le pertenecen a él. Dios los eligió para que anunciaran las cosas maravillosas que él ha hecho por ustedes. Él los llamó para que dejaran el pecado y la maldad. Fue como sacarlos de las tinieblas a su luz admirable.


Más bien, sean cristianos maduros que cada día conocen mejor al Señor y Salvador Jesucristo, y que cada día disfrutan más de su amor inmerecido. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.