Entonces los dejó y, saliendo de la ciudad, se fue a pasar la noche en Betania.
Marcos 11:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Al acercarse a Jerusalén, llegaron a Betfagué y a Betania, junto al monte de los Olivos. Entonces Jesús envió a dos de sus discípulos Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras Jesús y los discípulos se acercaban a Jerusalén, llegaron a las ciudades de Betfagé y Betania, en el monte de los Olivos. Jesús mandó a dos de ellos que se adelantaran. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando se aproximaban a Jerusalén, cerca ya de Betfagé y de Betania, al pie del monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando se acercan a Jerusalem por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, envía a dos de sus discípulos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé, junto al monte de los Olivos, envía a dos de sus discípulos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando llegaron cerca de Jerusalén a Betfagé y a Betania, al monte de los Olivos, Él envió a dos de sus discípulos, |
Entonces los dejó y, saliendo de la ciudad, se fue a pasar la noche en Betania.
Más tarde, Jesús estaba sentado en el monte de los Olivos cuando llegaron los discípulos y le preguntaron en privado: ―Dinos, ¿cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?
con este encargo: «Vayan a la aldea que tienen enfrente. Tan pronto como entren en ella, encontrarán atado un burrito, en el que nunca se ha montado nadie. Desátenlo y tráiganlo acá.
Más tarde, Jesús estaba sentado en el monte de los Olivos, frente al Templo. Y Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron en privado:
Él envió a dos de sus discípulos con este encargo: ―Vayan a la ciudad y les saldrá al encuentro un hombre que lleva un jarrón de agua. Síganlo
Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus malignos.
Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, situado aproximadamente a un kilómetro de la ciudad.