―Ustedes nunca van a creer si no ven señales milagrosas y maravillas —le dijo Jesús.
Hechos 6:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Esteban, hombre lleno del amor y del poder de Dios, hacía grandes maravillas y milagros entre el pueblo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente Esteban, un hombre lleno de la gracia y del poder de Dios, hacía señales y milagros asombrosos entre la gente. Biblia Católica (Latinoamericana) Esteban, hombre lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales milagrosas en medio del pueblo. La Biblia Textual 3a Edicion Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía prodigios y grandes señales milagrosas entre el pueblo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Esteban, lleno de fe y de poder, hacía grandes prodigios y milagros entre el pueblo. |
―Ustedes nunca van a creer si no ven señales milagrosas y maravillas —le dijo Jesús.
Pero no podían hacer frente a la sabiduría ni al Espíritu con que hablaba Esteban.
Todos los que estaban sentados en el tribunal fijaron la mirada en Esteban. Y vieron que su rostro se parecía al de un ángel.
Elijan de entre ustedes a siete hombres, para encargarles esta responsabilidad. Deben ser gente de confianza, llenos del Espíritu y de sabiduría.
Esta propuesta agradó a toda la asamblea. Eligieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo. Además, eligieron a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás. Este último era de Antioquía y se había convertido al judaísmo.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.
Al oír a Felipe y ver los milagros que hacía, mucha gente se reunía y todos prestaban atención a su mensaje.
Me refiero a Cristo, quien nombró a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros.
Los que trabajan como diáconos y lo hacen bien se ganan un lugar de honor y tienen mayor confianza para hablar de su fe en Cristo Jesús.