Elías se levantó, comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte de Dios.
Mateo 4:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Biblia Nueva Traducción Viviente Durante cuarenta días y cuarenta noches ayunó y después tuvo mucha hambre. Biblia Católica (Latinoamericana) y después de estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre. La Biblia Textual 3a Edicion Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, al fin tuvo hambre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y después que hubo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. |
Elías se levantó, comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte de Dios.
Moisés se internó en la nube, subió al monte y allí permaneció cuarenta días y cuarenta noches.
Y Moisés se quedó en el monte con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber nada. Allí, en las tablas, escribió los términos del pacto, es decir, los diez mandamientos.
Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; fui forastero y me dieron alojamiento;
Porque tuve hambre y ustedes no me dieron nada de comer; tuve sed y no me dieron nada de beber;
Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre.
Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía.
Por eso levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo le mande.
Nuevamente me postré delante del Señor cuarenta días y cuarenta noches, y no comí pan ni bebí agua. Lo hice por el gran pecado que ustedes habían cometido al hacer lo malo a los ojos del Señor, provocando así su ira.
Como el Señor había dicho que los destruiría, yo me quedé postrado ante él esos cuarenta días y cuarenta noches.
Cuando subí a la montaña para recibir las tablas de piedra, es decir, las tablas del pacto que el Señor había hecho con ustedes, me quedé en la montaña cuarenta días y cuarenta noches, y no comí pan ni bebí agua.