Lucas 11:36 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado, como cuando una lámpara te alumbra con su luz». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor. Biblia Nueva Traducción Viviente Si estás lleno de luz, sin rincones oscuros, entonces toda tu vida será radiante, como si un reflector te llenara con su luz». Biblia Católica (Latinoamericana) Si toda tu persona se abre a la luz y no queda en ella ninguna parte oscura, llegará a ser radiante como bajo los destellos de la lámpara. La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, si todo tu cuerpo está lleno de luz, y no tiene ninguna parte oscura, todo será luminoso, como cuando una lámpara te ilumina con su resplandor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por consiguiente, si tu cuerpo entero es luminoso, sin que tenga parte alguna obscura, todo él resplandecerá, igual que cuando la lámpara te ilumina con su resplandor'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara con su resplandor te alumbra. |
El espíritu humano es la lámpara del Señor, pues escudriña lo más íntimo del ser.
El mandamiento es una lámpara, la enseñanza es una luz y la disciplina es el camino a la vida.
Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré y no los abandonaré.
yo les digo: «¡Aténganse a la Ley y al testimonio!». Para quienes no se atengan a esto no habrá un amanecer.
Conozcamos al Señor; esforcémonos por conocerlo. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra.
Entonces concluyó Jesús: —Todo maestro de la Ley que ha sido instruido acerca del reino de los cielos es como el dueño de una casa que, de lo que tiene guardado, saca tesoros nuevos y viejos.
Tampoco se enciende una lámpara para cubrirla con una vasija. Por el contrario, se pone en el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa.
Cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer con él; así que entró en la casa y se sentó a la mesa.
Porque Dios, que dijo: «¡Que la luz resplandezca en las tinieblas!», hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Jesucristo.
Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y las artimañas de quienes emplean métodos engañosos.
Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.
En cambio, el alimento sólido es para los adultos, pues han ejercitado la capacidad de distinguir entre el bien y el mal.
Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.
Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.